Damasco, 20 feb (SANA) Una tela extraordinaria hecha de hilos de oro y plata refleja uno de los rasgos auténticos y arraigados de Damasco, la ciudad milenaria famosa por la artesanía del brocado, uno de los textiles más lujosos a nivel mundial.
Con más de 5000 años de historia, el brocado se teje con hilos de seda, oro y plata, con una gran profesionalidad y minuciosidad que combina la belleza con el esplendor.
Esta tela, considerada la más cara del mundo, está hecha de seda producida por los sericultores en las ciudades sirias de Drekish, Banias, Safita y Sheikh Badr ubicadas en la provincia costera de Tartous, a sabiendas que Siria ocupó el quinto lugar en el mundo en la producción de gusanos de seda en 1856, donde su producción alcanzó las ocho toneladas de capullos de seda.
Según fuentes históricas, el brocado damasceno entró en Europa a través de Andalucía (España), cuyos habitantes solían usar la ropa árabe oriental, que se conocía como ¨Dibay¨, que fue el nombre antiguo del brocado.
El brocado obtuvo mucha fama entre los ricos, nobles, reyes y príncipes, incluso el Papa Juan Pablo se vistió de una sotana elaborada de esta tela damascena con la inscripción de la iglesia, mientras el vestido de novia que lució la reina británica Isabel II, en su boda con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo en 1947, estaba diseñado de tela del brocado damasceno a petición de la reina.
Lo que distingue esta tela de otras del mundo es sus dibujos precisos y los diseños geométricos inspirados en la decoración de la Mezquita de los Omeyas.
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