Jerusalén ocupada, 27 may (SANA) El ocupante israelí cometió un nuevo crimen de guerra y genocidio cuando sus aviones bombardearon campos de desplazados con bombas estadounidenses en una zona que supuestamente está entre lo que llama “zonas seguras”.
La zona blanco del bombardeo está repleta de tiendas de campaña que albergan a cientos de miles de personas desplazadas.
El saldo inicial de la masacre es más de 40 muertos, la mayoría eran mujeres y niños, mientras decenas más resultaron heridos, y se quemaron las tiendas de campaña.
El Ministerio de Salud palestino informó que los equipos médicos no pueden transportar a los mártires y heridos por la falta de un hospital en la ciudad de Rafá que pueda dar cabida a este gran número.
A su vez, la Oficina de Prensa en Gaza anunció que las fuerzas sionistas bombardearon durante las últimas horas más de 10 centros de desplazamiento de la UNRWA, que se supone que es una zona segura.
La Oficina exigió a la Corte Internacional de Justicia y a las organizaciones de derechos humanos que persigan a los criminales de guerra israelíes.
También pidió la apertura del cruce de Rafá para ayudar a atender a los heridos.
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