Damasco, 12 oct (SANA) Más de siete décadas de agresión, limpieza étnica, ocupación, desplazamiento y violaciones refuerzan hoy el derecho de Palestina a su libertad ante el permanente genocidio israelí.
Lo que comenzó con la Nakba (catástrofe) en 1948 continúa hasta el presente, a la luz de la incapacidad de la Naciones Unidas y de la comunidad internacional para presionar a Israel y respetar la voluntad del pueblo palestino a su independencia.
Resulta válido recordar que el proceso de colonización israelí en 1948 desplazó de manera forzada a 957 mil ciudadanos que vivían en la Palestina histórica en alrededor de mil 300 pueblos y comunidades, además ejecutó cerca de 51 masacres con saldo superior a los 15 mil muertos.
La ocupación no detuvo sus ansias expansionistas y en 1967 colonizó el resto de los territorios de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, en una tragedia conocida como Al Naksa.
En 1993 con los acuerdos de Oslo la autoridad Palestina reconoció a Israel como Estado en su suelo patrio, y la nación árabe se redujo a un 22 por ciento del territorio original, la mitad de lo asignado según el plan de partición de la ONU de 1947.
No obstante, el despojo fue progresivo y de acuerdo con la investigadora Susana Khalil, en el presente Palestina sólo tiene un siete por ciento de su tierra, ante el aumento de los asentamientos coloniales y la construcción del Muro de la Vergüenza como método de exterminio.
Para el escritor palestino Jamal Kanj, el silencio de la llamada comunidad internacional concedió impunidad a Israel y perpetuó la normalización de su apartheid.
El ascenso de la extrema derecha en la política israelí tras la muerte del primer ministro Yitzhak Rabin en 1995 y los sucesivos gobiernos impusieron una serie de medidas opresivas como puestos de control, carreteras exclusivas en los asentamientos, violencia y redadas.
Desde entonces, los prisioneros y las muertes de palestinos aumentaron debido a las constantes agresiones, así como las ofensas y los ataques contra la mezquita de Al-Aqsa y los santuarios islámicos y cristianos.
Antes del lanzamiento de la actual operación de la resistencia Diluvio de Al Aqsa, los asesinatos israelíes este 2023 alcanzaron a más de 250 palestinos, entre ellos 47 niños.
Gaza, considerada la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, soporta un duro bloqueo económico desde hace más de 18 años, sus ciudadanos son linchados a manos de los soldados israelíes en ciudades como Hawara y Hebrón.
En tanto, la quema de coches, casas y negocios palestinos, bajo la protección oficial del ejército y el apoyo directo de los ministros es divulgado a diario por la prensa local e internacional.
Además, más de cinco mil palestinos sufren en las cárceles israelíes con sanciones de detención administrativa, a la luz de la implementación de medidas como el aislamiento prolongado, el contacto limitado con la familia y el acceso restringido a tratamiento médico.
Previo a una gira por la región, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir Abdullahian, subrayó que el mundo conoce que la causa principal de la crisis en Asia occidental es la ocupación de Palestina por parte de la entidad sionista.
El canciller consideró que el asedio, el corte de agua y electricidad, y el impedimento de la entrada de medicinas y alimentos indican las intenciones del enemigo de llevar a cabo una masacre contra los residentes de Gaza.
Medios occidentales culpan de la actual escalada al movimiento Hamas, Abdullahian enfatizó que el conflicto en Gaza no es una guerra de los sionistas con una milicia en particular, sino contra todos los palestinos.
Palestina resiste los embates israelíes y lucha por su libertad, sin importar los sacrificios de sus hombres y mujeres y el número de mártires.
Por Yodeni Masó Aguila
Fuente: Prensa Latina