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En Siria, el laúd apareció en el siglo 15 a.C., mientras que se extendió a Palestina, la Península Arábiga y Grecia antigua en el siglo IV a.C., y luego llegó a todos los países árabes.
Damasco, 28 nov (SANA) El instrumento musical árabe el laúd es considerado el “sultán” de los instrumentales orientales y es parte esencial del patrimonio cultural inmaterial sirio heredado de los antepasados.
La palabra laúd es una palabra árabe que designa un tipo de madera. Su fabricación requiere habilidad y precisión, en términos de la fabricación de la cuerda y la estaca.
Este instrumento oriental se fabrica de madera de nogal por su maleabilidad, colores degradados y el suave sonido que produce.
El laúd sigue presente en muchos eventos sociales y culturales y su música se transmite de generación en generación y se desarrollar sin cambiar su originalidad como elemento clave en el patrimonio cultural inmaterial de grupos e individuos.
El experto en el mantenimiento de instrumentos de cuerda en el Instituto Superior de Música, e investigador en instrumentos orientales antiguos, Issa Awad, resaltó a SANA que la apariencia más antigua del laúd en la región mesopotámica se remonta a la era acadia alrededor del año 3000 a.C. hecho que fue confirmado por los arqueólogos a través de descubrimientos arqueológicos y pinturas murales.
En Siria, el laúd apareció en el siglo 15 a.C., mientras que se extendió a Palestina, la Península Arábiga y Grecia antigua en el siglo IV a.C., y luego llegó a todos los países árabes.
Una de las evidencias históricas de la existencia del laúd, según Awad, es lo mencionado en un salmo del profeta David, que vivió en el año 2300 a.C., (cantan al Señor con el laúd y la lira, y alábenlo y glorifíquenlo), indicando que la palabra laúd se conoce desde esa fecha donde fue usado en rituales religiosos acompañando la voz del intérprete.
Uno de los fabricantes del laúd más famosos, según Awad, es la familia damascena Al-Nahhat que introdujo el mosaico damasceno a la fabricación de este instrumento.
“Un sonido melodioso, cálido y tierno distingue el laúd damasceno de otros”, concluyó.
ah/fm
