El volumen del intercambio comercial entre China y Rusia sigue en alza y supera los 136.000 millones de dólares para los primeros nueve meses del año, según los datos proporcionados este lunes por la Administración General de Aduanas (GAC, por sus siglas en inglés).
Moscú, 25 oct (SANA) El volumen del intercambio comercial entre China y Rusia sigue en alza y supera los 136.000 millones de dólares para los primeros nueve meses del año, según los datos proporcionados este lunes por la Administración General de Aduanas (GAC, por sus siglas en inglés).
De enero a septiembre, la cooperación bilateral económica se disparó un 32,5 % en términos interanuales. Concretamente, las exportaciones chinas a Rusia crecieron un 10,3 % (en 52.240 millones de dólares), mientras que las importaciones de servicios y productos rusos aumentaron un 51,6 % (en 83.840 millones de dólares).
El reporte de la GAC especifica que el crudo, el gas y el carbón representaron un 70 % del valor total de las exportaciones rusas al gigante asiático. Entre otros elementos clave figuran el cobre, el mineral de cobre, la madera, el combustible y los mariscos. En cuanto a los suministros chinos, los artículos principales son: los teléfonos inteligentes, los equipos industriales y especializados, los vehículos, los aparatos de aire acondicionado, los ordenadores, el calzado y los juguetes .
Ante el telón de las sanciones occidentales
El aumento del intercambio comercial entre Pekín y Moscú se produce en el marco de las sanciones occidentales impuestas a Rusia por su operativo militar en Ucrania. “La dinámica observada es consecuencia directa de la forma en que Rusia está reorientando la exportación de sus materias primas y bienes de Occidente a Oriente, y sobre todo a China”, destacó a RT en ruso Natalia Milchakova, experta jefa de Freedom Finance Global.
Dado que muchas empresas extranjeras decidieron suspender o cerrar por completo sus negocios en el país euroasiático, los empresarios chinos no han tardado en ocupar los nichos vacantes.
“Los empresarios [chinos] siempre aprovechan el momento para ampliar su presencia en el mercado que necesitan. En este caso, la combinación de las sanciones y la necesidad de buscar alternativas a las importaciones críticas solo refuerzan las posiciones de China como nuestro socio comercial principal”, subrayó Artiom Déev, jefe del departamento de análisis de la empresa de consultoría financiera AMarkets.
En líneas similares se pronunció Song Kui, presidente del Instituto de Investigación de la Economía Regional China-Rusia Contemporánea. El experto recalcó ante el diario Global Times que, por ejemplo, los fabricantes chinos de autos llenaron el vacío en el mercado ruso que dejó la salida de las firmas europeas y estadounidenses por cuestiones políticas.
Por otra parte, como aumentan los riesgos asociados con el tipo de cambio del dólar estadounidense, Pekín y Moscú han facilitado las liquidaciones en sus monedas, lo que ayudó a avanzar en el proceso de fortaleciemiento del yuan como divisa internacional, indicó Song.
“El desarrollo económico de China y las enormes demandas del mercado requieren suministros energéticos estables y diversificados, mientras Rusia necesita capitales y un mercado confiable para respaldar el crecimiento económico y comercial, lo que es un resultado beneficioso para ambas partes”, resaltó Song.
Además, los analistas entrevistados por RT en ruso hacen énfasis en que China participa en la llamada importación paralela a Rusia, aprobada por el Gobierno del país euroasiático en respuesta a las sanciones, en marzo. Esta práctica supone que productos extranjeros se suministran sin el consentimiento de los titulares de los derechos.
“Cada mes el volumen de la importación paralela a Rusia crece un 12 % en promedio. Los suministros llegan desde los países amistosos del sur y del Lejano Oriente, incluida, por supuesto, China. No es casualidad que la flota comercial rusa esté reorientando su actividad del oeste al este, incluido el Lejano Oriente”, destacó Natalia Milchakova, experta jefa de Freedom Finance Global.
Por su parte, el experto financiero Alexánder Razuváev señaló que las exportaciones energéticas rusas a China siguen rindiendo beneficios a Moscú, pese a los descuentos ofrecidos a Pekín. Asimismo, estimó que la mayoría de las compañías privadas chinas “están dispuestas a arriesgarse, deseando entrar en el gran mercado ruso”.
El mes pasado el president ruso, Vladímir Putin, destacó lo fuerte que son los lazos económicos entre ambos países, acentuando que la sociedad comercial entre Moscú y Pekín podría alcanzar nuevos récords hasta llegar a los 200.000 millones de dólares o más.
Tomado de RT