El gigante euroasiático y la guerra financiera impuesta en su contra por Occidente

Las sanciones occidentales sin precedentes contra Rusia no han logrado socavar la estabilidad del gigante euroasiático, se destacó en el recién concluido VII foro Económico Oriental que sesionó en la ciudad de Vladivostok, la principal puerta de Rusia en el océano Pacífico.

Damasco, 19 sep (SANA) Las sanciones occidentales sin precedentes contra Rusia no han logrado socavar la estabilidad del gigante euroasiático, se destacó en el recién concluido VII foro Económico Oriental que sesionó en la ciudad de Vladivostok, la principal puerta de Rusia en el océano Pacífico.

Como manifestó en el encuentro el Primer Ministro ruso, Mijail Mishustin, contra su país se tomaron más de 11 mil medidas económicas, algo sin precedentes en la historia de la Rusia moderna, sin embargo, sus iniciadores no lograron el objetivo principal que era poner a Moscú de rodillas.

Mishustin recordó que no fue posible socavar la estabilidad financiera del país, pues se tomaron medidas para frenar la salida de capitales, garantizar el buen funcionamiento de los bancos y otras organizaciones especializadas, fortalecer el rublo y aumentar los ingresos del petróleo y el gas.

La economía rusa se adaptó gradualmente a las nuevas realidades, aunque como es lógico fue inevitable cierta desaceleración en la dinámica de la misma.

La vida de la sociedad rusa continuará bajo las presiones de sanciones prolongadas y, posiblemente, crecientes.

En esas condiciones, el sistema financiero ruso requiere de realizar ajustes adicionales, formar mecanismos efectivos para saturar la liquidez y garantizar la sostenibilidad de las industrias, y en particular, repensar su soberanía financiera, excluyendo la influencia de terceros países.

El VII Foro Económico Oriental

El presidente ruso, Vladímir Putin, reiteró su acusación, durante el VII Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok, de que las 11 mil medidas adoptadas por Occidente constituyen una agresión económica, financiera y tecnológica contra su país.

A pesar de lo que muchos expertos occidentales vaticinaron, Rusia ha resistido las sanciones, e incluso ha ido más allá y comenzó a mover su economía en busca de otros socios comerciales, a la par que fortaleció sus alianzas con otras economías emergentes.

Un ejemplo de esa política estatal lo constituye el recién finalizado VII Foro, que contó con la participación del presidente ruso, Vladimir Putin.

El mandatario denunció en el encuentro que la fiebre sancionadora de Occidente y sus intentos de imponer “modelos de comportamiento” al resto del mundo son una amenaza para todos.

En su opinión, el catalizador de esos comportamientos es la pérdida de hegemonía de Estados Unidos en la política y economía mundiales y la negativa de los líderes occidentales a aceptar la nueva realidad.

Al respecto no descartó que las compañías estadounidenses ocupen en un futuro el nicho que los europeos han perdido en los últimos tiempos.

El presidente ruso destacó que los cambios tectónicos que están ocurriendo en el mundo aumentaron notablemente el papel de los países de la región Asia- Pacífico, algunos de los cuales asistieron al foro.

La falacia de la estrategia del gas ruso

Al abordar otro de los temas candentes en la economía europea en estos momentos, Putin aseveró durante su intervención en el VII Foro de Vladivostok, que eran una tontería sin futuro los planes de la UE para limitar el precio del gas ruso.

Culpó del dramático aumento de los precios de 300 a tres mil euros por cada mil metros cúbicos de gas a los clientes europeos del consorcio ruso Gazprom, a los cuales se les ofreció contratos con precios fijos a largo plazo, pero Europa optó por el mercado al contado.

Ellos mismos han creado el problema y ahora no saben qué hacer, y se han arrinconado en un atolladero sancionador, destacó el mandatario.

Recordó que durante décadas la UE contó con una ventaja competitiva gracias a los hidrocarburos rusos, ya que son mucho más rentables que el gas natural licuado de Estados Unidos.

El presidente destacó que el mercado europeo dejó de ser “Premium”, a raíz de la crisis en Ucrania, y que incluso Estados Unidos comenzó a suministrar su gas a otras regiones, pues la situación en el mundo cambia muy rápido.

Rusia no tiene problemas para exportar sus hidrocarburos, ya que la demanda en los mercados mundiales es muy alta, precisó Putin, quien puso como ejemplo a China, cuya economía crece al igual que la necesidades energéticas.

Estamos dispuesto a satisfacer la creciente demanda de todos aquellos que quieran trabajar con Rusia, señaló en mandatario, mostrándole así a Europa que Moscú puede redirigir el suministro de hidrocarburos hacia otros mercados menos comprometidos políticamente con Washington.

Fortalecimiento de los lazos económicos con China

Desde el inicio del conflicto en Ucrania y desde la primeras sanciones contra Moscú adoptadas por occidente en 2014, las relaciones económicas entre China y Rusia se fortalecieron.

El comercio entre ambos países ha crecido aceleradamente en los últimos años, basado en la estrategia común de hacer frente a occidente.

En poco más de 10 años, las exportaciones de Rusia a China se cuadruplicaron y las importaciones crecieron el doble.

Al concluir el año 2021 el comercio entre ambos gigantes alcanzó un nuevo máximo de 147 mil millones de dólares, un 36 por ciento superior al año precedente, y representó el 18 por ciento de comercio de Moscú.

Actualmente China es el mayor mercado para las exportaciones rusas sobre todo de hidrocarburos y alimentos.

A pesar de estos números La Unión Europea sigue siendo el mayor socio comercial de Rusia, pues el intercambio entre ambos representa el doble del que se realiza con China, algo que puede cambiar drásticamente si la UE insiste en sus sanciones.

Los expertos internacionales sobre temas económicos valoran si realmente China puede sustituir a la UE como socio comercial más importante de Rusia, pues es evidente que Moscú redirige sus exportaciones hacia Beijing y también a otras naciones emergentes.

Quizás este objetivo no se logre a corto plazo, y todo dependerá de la tozudez de los políticos europeos en mantener su política de coacción económica contra Rusia, aunque los afecte más a ellos mismos que al país sancionado.

Por el momento Rusia y China continúan avanzando en fortalecer sus lazos económico- comerciales y financieros, eliminando de sus transacciones el dólar y el euro y potenciando sus monedas nacionales, el rublo y el yuan.

Por Germán Ferrás Álvarez

Fuente: Prensa Latina

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