El 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Bolivia es uno de los países del mundo en el cual más avanzada está la legislación relacionada con la protección y promoción de las comunidades ancestrales. De hecho, 13 años atrás dejó de ser República para pasar a denominarse Estado Plurinacional. Pero ¿qué significa esto? ¿Y cómo se originó esta nueva forma de Estado?
Damasco, 6 ago (SANA) En 2009, el entonces presidente Evo Morales declaró el fin de la Bolivia republicana y el inicio del Estado Plurinacional. A 13 años de ese suceso ¿qué queda por avanzar para concretar ese sueño tan anhelado durante décadas por el movimiento indígena campesino?
El 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Bolivia es uno de los países del mundo en el cual más avanzada está la legislación relacionada con la protección y promoción de las comunidades ancestrales. De hecho, 13 años atrás dejó de ser República para pasar a denominarse Estado Plurinacional. Pero ¿qué significa esto? ¿Y cómo se originó esta nueva forma de Estado?
Sputnik consultó a especialistas en el tema, como los investigadores sociales Carlos Macusaya, Pablo Mamani Ramírez y la doctora Vivian Camacho, quienes compartieron sus percepciones sobre el recorrido del Estado Plurinacional, así como el camino que aún le falta transitar para consolidarse.
“Los pueblos indígenas también existimos, tenemos derechos y necesitamos ser visibilizados. No desde esa uniformidad monocultural dominante hegemónica, colonial patriarcal y mercantilista que todavía prima en varias miradas que extrañan la República”, dijo a Sputnik Vivian Camacho, doctora y directora nacional de Medicina Tradicional, dependiente del Ministerio de Salud.
Para Camacho, uno de los mayores logros del Estado Plurinacional reside en la legalización de las autonomías indígenas. Esto quiere decir que en sus territorios ancestrales, debidamente titulados, pueden tener sus formas de administración y de gobierno propias. Claro que para lograrlo es necesario cumplir un largo recorrido burocrático que puede tomar varios años.
“Gracias a las luchas sociales ya contamos con gobiernos reconocidos de autonomías indígenas originarias campesinas. Ahora las propias comunidades indígenas pueden decidir adonde van sus recursos, cómo van a implementar la administración pública para la organización de sus territorios”, comentó Camacho.
“Estas autonomías indígenas originarias ayudan a preservar los usos, costumbres e identidades. Preservan dentro del territorio todas las maneras que tiene cada cultura de hacer su vida, producirla y reproducirla desde nuestra propia identidad”, agregó la doctora, quien es del pueblo quechua.
Sin embargo, “todavía tenemos una burocracia fuerte, colonial y patriarcal, que nos bloquea muchos procesos y por ello debe transformarse. Estamos para eso”, aseguró.
El Estado Plurinacional, ¿aún un proyecto?
Según el último censo realizado en Bolivia, en 2012, el 41% de sus 10 millones de habitantes se asumían como integrantes de alguno de los 36 pueblos indígenas reconocidos en la Constitución.
En América Latina es el segundo país con mayor parte de su población identificada como indígena, solamente detrás de Guatemala, donde el 43,8% de su habitantes pertenecen a pueblos originarios.
Pablo Mamani Ramírez es sociólogo y docente de la Universidad Popular de El Alto (UPEA) y de la Universidad Mayor de San Andrés. En decenas de publicaciones analiza la paulatina transformación de la sociedad boliviana desde una perspectiva histórica.
Mamani, de familia aymara, dijo a Sputnik que el Estado Plurinacional “es aún un proyecto histórico. Si bien está plasmado en la Constitución, todavía está pendiente la construcción de un Estado pensado para sentir una pluralidad de formas de vivir, ver y hacer el mundo”.
Y agregó que con el Estado Plurinacional: “Se pretende construir una nueva estatalidad, que venga de la fuerza de las luchas de los pueblos indígenas, que son la gran mayoría en el país, para hacer un modelo diferente de Estado”.
El Estado Plurinacional entró en vigencia en 2009, con la nueva Constitución elaborada durante el primer mandato de Evo Morales (2006-2019). Esa denominación sirvió “para exponer públicamente lo que llamo una nueva subjetividad social. A partir de su discurso, su performance, la exposición de símbolos y ritualidades desde el Estado, la gente se siente en cierto modo parte de esta nueva forma de Estado”, evaluó el sociólogo.
Según Mamani, para la consolidación del Estado Plurinacional “queda pendiente que se cumpla con la efectiva descentralización del poder económico a las regiones, a los ayllus, las comunidades, lugares donde el Estado nunca tuvo una presencia importante”.
Origen del Estado Plurinacional
Carlos Macusaya es un escritor y ensayista de origen aymara, conocedor del pensamiento indianista. En diálogo con Sputnik, consideró que el Estado Plurinacional representa “un intento por superar las formas de organización y homogeneización impuestas por el Estado republicano a las poblaciones catalogadas como indígenas”.
Macusaya recordó que un documento de 1978 elaborado por el Movimiento Indio Tupak Katari ya proponía la construcción de un Estado Plurinacional. En las siguientes décadas hubo avances en esa dirección, por ejemplo cuando Bolivia fue declarada como Estado intercultural y multilingüe, en la década del 90.
Pero en esos años “ser intercultural significaba enseñar a los indigenas sus diferencias culturales con respecto a los no indígenas, mientras los no indígenas seguían su educación normal. Entonces la interculturalidad era cosa de indios”, evidenció.
Desde los movimientos indianistas de los años 70 hasta la llegada del nuevo milenio, el movimiento indígena se fortaleció y logró varias victorias a los Gobiernos de turno. Lo lograron fundamentalmente a través de largas marchas, que recorrían cientos de kilómetros desde las comunidades selváticas del oriente boliviano hasta la plaza Murillo, en la ciudad de La Paz, sede del Órgano Ejecutivo.
“Cuando llega Evo Morales a la presidencia, ya había una fuerza social. No fue solamente Evo. Para que llegue a la presidencia fueron necesarias transformaciones, que fueron desde la movilización y la protesta social en las calles, hasta desplegar esa fuerza en las urnas”.
Un Estado nacido de las luchas indígenas
Para Vivian Camacho, “necesitamos recordar que esto no es un regalo de nadie, nadie nos hizo el favor. Al contrario, el Estado Plurinacional es resultado de luchas muy duras que hemos tenido que llevar adelante desde las marchas cocaleras de los 90 contra la DEA [agencia antidrogas de Estados Unidos], contra la imposición imperialista que tenían todo el tráfico controlado en Bolivia”.
Para la doctora, en ese momento emergió como figura política el expresidente Morales, “porque él y los compañeros han defendido algo muy importante para nosotros, que es la hoja sagrada y milenaria de coca, que es alimento y medicina. Gracias a ella hemos sobrevivido culturalmente, es parte de nuestra identidad cultural”.
A estas luchas siguió la Guerra del Agua, en 2000, cuando el pueblo cochabambino evitó la privatización de este líquido vital luego de enfrentarse en las calles al Gobierno de Hugo Banzer —elegido democráticamente entre 1997 y 2001, pero dictador militar entre 1971 y 1978—.
Y en 2003, con la Guerra de Gas, más de 67 personas fueron asesinadas por militares y policías bajo las órdenes de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003). Tanta experiencia en masacres y protestas dieron madurez a los movimientos sociales del país, que entonces se aprestaron a tomar el poder democráticamente.
Camacho consideró que una parte de la población quisiera que Bolivia vuelva a ser República. Pero, según ella, este proceso no tiene marcha atrás: “Eso hemos demostrado valientemente, resistiendo al golpe fascista y racista de 2019, con el cual se pretendió volver a la República, extirpar las idolatrías [como el culto a la Pachamama] y asesinar al pueblo, como hemos vivido en las masacres de Senkata [en El Alto] y Huayllani [en Cochabamba]”.
Entonces, a la población boliviana le queda un largo recorrido aún para consolidar el Estado Plurinacional. Pero a la vez deben defender este proceso, porque —según Camacho— “el fascismo racista que vivimos durante el golpismo está al acecho. Nuestros derechos no están garantizados del todo. Todos los días tenemos que seguir defendiendo lo que logramos”.
Fuente: Sputnik