Damasco, 25 feb (SANA) La “invasión” rusa se convirtió en una telenovela de la prensa occidental. Y sus episodios son alimentados por el Gobierno de EEUU que insiste en que Rusia empezó una “guerra sangrienta y destructiva”, subiendo así su ‘rating’. Un terreno nos han ido preparando desde hace rato para que creamos en lo que nos dicen las grandes pantallas.
Un día más nos hemos despertado de nuevo con el rugido de las amenazas y acusaciones desde la televisión y medios occidentales. Putin desata la guerra contra Ucrania (Putin unleashes war on Ukraine), en CNN; “Invasión a Ucrania: cómo atacó Rusia y qué pasa ahora” de The New York Times, Ucrania bajo un ataque ruso de gran escala (Ukraine under full-scale Russian attack) de la BBC, “Rusia ataca Ucrania con bombardeos y ataques terrestres” de la televisión española. Nos venden todo como si Rusia de verdad hubiera declarado oficialmente una guerra a Ucrania y hubiera iniciado un conflicto bélico en Europa “de consecuencias imprevisibles”. “Putin es el agresor, eligió esta guerra”, afirmó el presidente de EEUU. Ese ping-pong de amenazas se convirtió en una guerra de nervios en la que hay mucho en juego. Pero, ¿por qué nos lo presentan desde esa óptica?
‘¡Panem et circenses!’
Parafraseando un antiguo dicho podemos decir que “la guerra está en los ojos de quien mira”. Mientras nos venden las historias de la guerra que supuestamente anunció Rusia, la realidad es que las repúblicas del este de Ucrania (Donetsk y Lugansk) llevan ocho años en contra de las autoridades de Kiev. El golpe de Estado que ocurrió en 2014 provocó un rechazo entre las población de esas regiones ucranianas. Rusia no reconocía su independencia, hasta hace días, cuando los ataques contra la población rusoparlante alcanzaron su punto álgido.
“Se hizo evidente que Donbás estaba al borde de otra aventura militar ucraniana”, dijo el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia. “La burbuja que inflaron Occidente y Ucrania explotó y el pasado fin de semana se intensificaron los ataques ucranianos a las zonas residenciales de Lugansk y Donetsk”.
Operación militar rusa en Ucrania – Sputnik Mundo, 1920, 24.02.2022
Sin declarar guerras, negando en numerosas ocasiones la invasión, reiterando que Moscú está dispuesta a dialogar y que no desea romper las relaciones diplomáticas con Kiev, Rusia empezó una operación militar “por los riesgos de seguridad a los que era imposible responder por otros medios”. Fue entonces cuando el mandatario ruso, explicando que no le habían dejado otras opciones, decidió reconocer a las repúblicas y fue entonces que Rusia envió las tropas rusas para salvarles del “genocidio” que están viviendo.
Esta situación fue usada de inmediato en sus propios intereses por algunos actores: EEUU y la OTAN empezaron a desplegar sus fuerzas: Aviones de combate F-35 de EEUU llegan a Lituania, EEUU desplegará 7.000 soldados adicionales en Alemania.
“Gracias por reforzar la presencia militar de Estados Unidos en Polonia, y también por declarar la posibilidad de fortalecer las fuerzas de la OTAN y de Estados Unidos si surge tal necesidad”, comentó el ministro de defensa de Polonia, Mariusz Blaszczak, después de reunirse con el secretario de Defensa de los Estados Unidos, LLoyd Austin .
El representante permanente de Rusia ante la ONU insistió:
“Inflando desde hace varias semanas el pánico infundado sobre una supuesta incursión de Rusia en Ucrania, los países occidentales inundaron descaradamente este país con armas, enviando a sus instructores y empujando, de hecho, a los ucranianos, que concentraron un contingente de 120.000 soldados en la línea de separación, a las provocaciones armadas en Donbás”, reiteró Nebenzia.
Hace poco, el periódico Der Spiegel ha desvelado un documento que confirma que la OTAN prometió en 1991 no expandirse hacia el este. “La OTAN no se extenderá ni formal ni informalmente hacia el Este”, cita el documento las palabras del representante de EE.UU., Raymond Seitz.
Pero esas promesas nunca fueron cumplidas. Rusia ha presenciado cinco olas de expansión de la Alianza. En una entrevista el ministro de Exteriores de Rusia denunciaba que los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte “siguen moviendo cada vez más hacia el este la línea a defender”. “Se ha aproximado de lleno a Ucrania, país al que también quieren arrastrar dentro, aunque todo el mundo entiende que Ucrania no está lista ni hará aportación alguna a la seguridad de la OTAN”, manifestó el canciller ruso.
Una burbuja de paranoia
Recordemos que esa ola de mentiras en los medios se ha ido creando desde hace unos meses. Desde diciembre los medios como The Washington Post, CNN, Reuters, The Wall Street Journal, The New York Times, Financial Times, BBC entre otros estaban citando “fuentes de inteligencia” y publicaban información sobre los supuestos planes de Rusia de atacar. Bloomberg escribió sobre la invasión rusa como un hecho dado. La noticia estuvo colgada en el sitio web durante una media hora antes de ser retirada con un comentario sobre un error técnico.
El presidente de EEUU anunciaba días tras día nuevas fechas de la supuesta “invasión”, primero decía que iba a ocurrir el 16 de febrero, luego 18 de febrero, y luego sin mencionar las fechas de la invasión decía que “ocurriría en los próximos días”.
La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, ridiculizó las informaciones de la cadena CBS de que las tropas rusas habrían recibido ya la orden de invadir Ucrania. “Biden dijo que las tropas rusas invadirían Ucrania el miércoles 16 de febrero, y afirmó que los servicios de inteligencia corroboraron que todo estaba listo para ello”.
La información de la inteligencia de EEUU más parece ser un objeto de dudas o una cortina de humo para vender su propia verdad. En ese contexto, merece atención un reciente duelo verbal entre el portavoz del Departamento de Estado Ned Price y el periodista de AP Matthew Lee, cuando en vez de presentar unas pruebas reales de la inteligencia, Price le sugirió imprimir sus propias declaraciones si quería pruebas del plan ruso de desinformación.
“Pero no es una prueba, Ned. Es usted quien lo dice. Me gustaría ver alguna prueba que pueda demostrar lo que los rusos están haciendo. Llevo mucho tiempo en esto… Me acuerdo de las armas destructivas en Irak y recuerdo que Kabul no iba a caer.
Recuerdo muchas cosas. Así que, ¿dónde está la información desclasificada, aparte de que usted salga y lo diga?”, dijo Matthew Lee de Associated Press.
¿Dónde ya lo habíamos visto?
Y la revista Times ya nos cuenta que la historia nos dice que esto debería resultarnos familiar.
“Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, las autoridades estadounidenses empezaron a desclasificar material sobre las ambiciones de Irak de tener un programa de armas de destrucción masiva. Aunque finalmente se demostró que no era cierto, la inteligencia nos presentó un argumento convincente para que Estados Unidos actuara contra el régimen iraquí. Y, como ya había ocurrido durante la crisis de los misiles en Cuba, la prensa estadounidense parecía tener un montón de detalles sobre lo que las fuentes clandestinas decían a los espías estadounidenses”, dice la revista.
¿Pero, para qué la CIA cunde el pánico? Aquí cabe recordar que su actual director, Williams J Burns, fue secretario de Estado adjunto para asuntos de Oriente Medio de Colin Powell, el entonces secretario de Estado de EEUU. Burns fue responsable del acuerdo palestino-israelí y de Irak. Y fue Colin Powell quien enseñaba un frasco en la ONU insistiendo que Sadam Husein, el expresidente de Irak, poseía armas de destrucción masiva.
En un reciente discurso del actual secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ya describió cómo Rusia tomaría Kiev. Algo que hizo a los usuarios de Twitter trazar paralelos.
Y mientras el presidente de Ucrania ordena realizar una movilización general dentro de los próximos 90 días, las FFAA de Rusia reiteran que en ninguna ocasión atacan a la población ucraniana. Y basta con prestar atención a la frontera entre las repúblicas de Donbás y Ucrania para ver el cóctel de peligro que vive la población y por qué necesita defensa.
Eso mientras la OTAN está cercando a Rusia y que Ucrania, con el apoyo de esta alianza y de EEUU, podría convertirse en una “plataforma” de ataques contra Rusia porque ahora desde ese país vecino podrían lanzar misiles hipersónicos que solo tardarían entre cuatro y cinco minutos para llegar a Moscú.
Fuente: Sputnik