Las mentiras de Estados Unidos sobre el terrorismo en Siria

Damasco, SANA

Desde el 2014 Estados Unidos ocupó una docena de bases en territorios del norte y el este de Siria, desplazó tropas a partir de Iraq y presuntamente, según afirmara el presidente Donald Trump, derrotó al Estado Islámico, Daesh en árabe.

Sin precisiones y en opacas declaraciones, a fines del 2019 anunciaron la liquidación de Abu Bakr Al Bagdadi, cabecilla de esa organización terrorista en un área de la provincia de Idlib, donde casualmente se asienta otra organización extremista como la Junta para la Salvación del Levante, otrora Frente Al Nusra.

No hubo una sola mención al papel jugado por el Ejército sirio y el respaldo de Rusia, quienes en el terreno expulsaron al Daesh de vastas áreas de las provincias de Alepo, Raqqa y Deir Ezzor y les derrotaron en zonas cercanas a Damasco, como el antiguo campamento de refugiados de Yarmuk.

Al mismo tiempo las fuerzas gubernamentales sirias derrotaban a los yihadistas y les limitaban a casi dos tercios de los seis mil cien kilómetros cuadrados de la provincia de Idlib, mientras el flujo de extremistas desde las fronteras con Turquía no se detenía.

Ese es el instante en que Washington decide incrementar la presencia en Siria, evacuar incluso a varios cabecillas del Daesh y dejar que las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), a quienes respaldan con todo, asumieran el rol de controlarlos.

EL EFECTO RESEÑADO DE LAS MANIOBRAS ESTADOUNIDENSES

Entre el 2014 y el 2016, las tropas estadounidenses respaldaron los ataques de las fuerzas kurdas contra el Daesh y sin transparencia informativa o datos claros, los ‘obligaron’ a abandonar los territorios que controlaban en el norte de la provincia siria de Alepo, al tiempo que Turquía introducía efectivos y equipamiento militar contra los grupos de las FDS.

En menos de dos años, los efectivos del Estado Islámico, estimados en más de cinco mil, abandonaron las regiones que ocupaban a partir del 2014, entre ellas la localidad de Dabiq, a la que sus propios voceros definieron como ‘donde tendrá lugar la batalla que echará a rodar el fin de los tiempos.’

La confusión implicó que las FDS, amparadas por Washington, internaron en cárceles de las zonas a cinco mil elementos del Daesh, sin explicar que esa cifra similar a la de ‘combatientes’ en el terreno, sufrieron bajas y por supuesto no ejecutaron la ‘batalla del fin de los tiempos.’

Fuentes militares sirias y rusas confirmaron sin embargo, que helicópteros estadounidenses evacuaron a un buen número de miembros del Daesh, los cuales, según evidencias, estaban aptos no para enfrentarse a las tropas de Washington pero sí al Ejército sirio.

A fines del 2019, cuando Washington anunció la muerte de Bagdadi y tras el aseguramiento de puntos de entrada de sus tropas y avituallamiento desde Iraq, Estados Unidos , y luego de ‘derrotados’ en Baghuz, al oriente del río Éufrates en beneficio de las FDS, el Daesh ‘reapareció’ en el vasto desierto de Al Badiya, al sur y para atacar cerca de Palmira y el este de la provincia de Homs, a las unidades del Ejército sirio.

LA ACTUALIDAD

Durante todo el 2019 y el período que transcurre del 2020, el Daesh lanzó ofensivas esporádicas contra posiciones del Ejército sirio y la infraestructura petrolera y gasífera que aún conserva en esas zonas el Gobierno de Damasco.

Los yacimientos de Raqqa y Deir Ezzor, provincias colindantes con el desierto de Al Badiya, están ahora en manos de Estados Unidos y las FDS, quienes utilizan al Daesh como una fuerza de contención contra Siria y sus aliados de acuerdo con las evidencias, datos y denuncias. La realidad demuestra con hechos, que Washington recurre a la desinformación premeditada y logra restarle un papel preponderante al Daesh por derrocar al Gobierno legítimo de esta nación del Levante.

De esa forma, para analistas y expertos, Estados Unidos intenta neutralizar las atrocidades y el afán de poder de los terroristas del Estado Islámico y comparte con Turquía el respaldo a grupos extremistas presuntamente más moderados.

El Daesh aún existe, a pesar del limitado papel que se le otorga y es sustituido por el Frente Nacional de Liberación, formado y respaldado por Turquía con remanentes del que fuera Ejército Libre Sirio y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos.

No obstante, todas esas claves de las maniobras de Estados Unidos son en el fondo el resultado de largos años de preparación de los servicios de inteligencia occidentales y de algunos países del Medio Oriente.

Porque en la práctica están aparentemente cohesionados para destruir al Estado sirio, sabotear las negociaciones para una paz efectiva y prolongar una guerra terrorista que ha ocasionado más de medio millón de muertos y mutilados, y pérdidas económicas por más de 400 mil millones de dólares.

Por Pedro García Hernández

Fuente: Prensa Latina

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