Beirut, SANA– La victoria de El Líbano en la guerra de los 33 días, lanzada en 2006 en su contra, sacudió al ejército israelí, enfatiza el secretario general de Hezbolá.
“(Esta victoria) supuso un terremoto que sacudió al ejército israelí”, porque creó una crisis de confianza entre los militares israelíes, ha indicado este sábado Seyed Hasan Nasrolá en su discurso televisado en vísperas del 10º aniversario de la guerra de Julio de 2006.
El líder del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ha resaltado que tras el fin de la ofensiva el 14 de agosto de ese mismo año, sin haber logrado ninguno de sus objetivos, los generales israelíes comenzaron a echarse la culpa los unos a los otros por la derrota del ejército del régimen ante la Resistencia.
Al mostrarse convencido de que aplastar a la Resistencia en la región de Oriente Medio era el mayor objetivo que buscaba Israel en la agresión a El Líbano, Nasrolá ha adelantado que Hezbolá entró en esa guerra en un intento por “salvaguardar” los principios de la Resistencia.
De igual manera, ha agradecido a las fuerzas de la Resistencia los sacrificios realizados para lograr esta victoria, agradecimiento que ha extendido también a los simpatizantes de la Resistencia, en concreto, la República Islámica de Irán y Siria.
M.Miri