Damasco, 17 jun (SANA) Las tierras agrícolas que rodean Damasco, la capital siria, tienen fama desde hace siglos por la industria de pasta de albaricoque, conocida como “Amardín” o “Qamruddin”.
Este producto que regaló Siria a todo el mundo, requiere un tipo especial de albaricoque jugoso que se procesa en varias fases. Primero, se procede a separar la fruta de la semilla, y luego separar las costras y fibras de la pulpa para extraer la sustancia requerida.
A continuación, la pulpa se mezcla con la glucosa en un recipiente especial para que se convierta en una masa coherente y de color brillante.
En la próxima etapa, se procede a filtrar y amasar la mezcla a través de tamices muy finos, y luego a un quemador para fundirla.
La pasta se expone al sol durante cinco días para que se seque por completo y luego es lleva a los depósitos donde se enfría por un par de días.
En la última fase, se corta en láminas y se limpia con aceite para al final envolverlas y empaquetarlas.
La pasta de Amardín se conoce por sus beneficios puesto que contiene vitamina A y potasio, y se utiliza después de remojarla como bebida en el Ramadán, sagrado mes de ayuno musulmán.
En la próxima etapa, se procede a filtrar y amasar la mezcla a través de tamices muy finos, y luego a un quemador para fundirla.
El material producido trasladado en carretillas, se vierten dos kilos de Amardín en cada tabla de madera, y luego estas se colocan sobre grandes áreas cuya superficie llega a poco menos de una hectárea. La pasta se expone al sol durante cinco días para que seque por completo y luego es lleva a los depósitos donde se enfría por un par de días.
En la última fase, se corta en láminas y se limpia con aceite para al final envolver y comercializar la producción.
La pasta de Amardín se conoce por sus beneficios puesto que contiene vitamina A y potasio, y se utiliza después de remojarla como bebida en el Ramadán, sagrado mes de ayuno musulmán.
fm/ed