Damasco, 7 may (SANA) Europa parece inmersa hoy en usar una goma efectiva para borrar la memoria histórica sobre las hazañas del Ejército Soviético durante la II Guerra Mundial, mediante el empleo como pretexto, con ese fin, del conflicto ucraniano.
Mucho antes del 24 de febrero de 2022, cuando el presidente Vladimir Putin anunció una operación bélica para proteger a la región sublevada del Donbás, las potencias europeas ya ponían en práctica una eliminación sistemática de estatuas del soldado soviético.
De acuerdo con Baltnews, de los más de cuatro mil monumentos erigidos al heroísmo de las tropas soviéticas durante la liberación de Europa, Polonia aprobó la eliminación de al menos 60 de ellos, tal y como han hecho otros países, sobre todo exsocialistas.
Polonia contaba en 1997 con 561 monumentos, en un país donde murieron más de 477 mil soldados soviéticos, durante su liberación del régimen nazi.
Cuando se llega al 79 aniversario del Día de la Victoria sobre el fascismo alemán, algunas naciones hacen todo por que ni siquiera la fecha coincidiera con su celebración de ese acontecimiento, al trasladarlo para el día 8 y el 9 anunciarlo como el Día de Europa.
De hecho, ese cambio se convirtió en una especie de símbolo de acercamiento a la campaña para eliminar cualquier vestigio de la importancia del papel del Ejército Rojo en la II Guerra Mundial. La operación tiene décadas, pero de forma más silenciosa.
La legislación polaca criminalizó cualquier manifestación que fuera vista como apología al poder soviético, incluida la exhibición de símbolos, lo cual trae muchas dificultades a los veteranos de la segunda conflagración en el orbe para celebrar la Victoria.
En las repúblicas exsoviéticas con costas en el mar Báltico (Lituania, Letonia y Estonia), donde la Unión Soviética perdió a 280 mil uniformados, incluidos 61 mil 500 muertos, toman fuerzas las corrientes neofascistas, con marchas autorizadas de antiguos SS.
De hecho, esas tres pequeñas repúblicas incluyeron en sus legislaciones la prohibición de tan siquiera celebrar actos festivos por el Día de la Victoria que sitúan como rezago del pasado soviético.
Muchas de esas restricciones fueron aprobadas en varias naciones europeas mucho antes del inicio de la confrontación en Ucrania, un estado que Moscú acusa de promover el fascismo y llevarlo a nivel de aprobación estatal, ante la mirada complaciente de Bruselas.
De acuerdo con el diario español El Confidencial, en 1990, antes de la reunificación, las dos partes de Alemania firmaron un tratado con las potencias ganadoras en la II Guerra Mundial, por el cual se comprometían a mantener y cuidar los monumentos soviéticos.
Quizás por ello, Berlín sea en estos momentos la ciudad donde se pueden observar más monumentos soviéticos en Europa.
Pero incluso esa imagen podría cambiar. Los especialistas denuncian que los desmanes cada vez más frecuentes contra la memoria histórica del papel del Ejército Rojo en la liberación de gran parte de Europa son presentados como una ruptura con “el pasado comunista”.
De esa forma, Europa deja fuera a delegaciones rusas de conmemoraciones, como la liberación de campos de concentración en Polonia y Austria, mientras la ultraderecha se hace cada vez más presente en países como Alemania, España, Francia e Italia.
Algunos analistas consideran que la derecha podría reforzar sus posiciones en las elecciones para el Parlamento Europeo, de junio próximo, a partir de la tensa situación socioeconómica en varios estados por el efecto bumerán de las sanciones contra Rusia.
Otros intentan evitar no solo hablar de las victorias de la URSS, sino de cambiar hechos históricos elementales.
Durante una ceremonia en 2023 en Japón por los bombardeos contra Nagasaki y Hiroshima, la presidenta la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, evitó mencionar a Estados Unidos al referirse al ataque a esas ciudades niponas.
Sin embargo, Von der Leyen, extrañamente, habló de la supuesta necesidad de evitar que Rusia “volviera” a utilizar el arma atómica.
¿POR QUÉ LA GOMA DE BORRAR?
En medio de un retroceso económico en varios estados de Europa, incluida Alemania, se aprovecha cualquier oportunidad para justificar los gastos militares, cuando se reducen los sociales.
Borrar los méritos del Ejército Rojo ayuda a desaparecer cualquier imagen positiva de Rusia, heredera de la URSS, a los ojos de un público de Europa que solo escucha hablar de la “ocupación soviética”.
La publicación digital Vzgliad considera que, además de conectarse la industria cinematográfica de Hollywood para promover el papel estadounidense en la II Guerra Mundial y reducir el soviético, la campaña mediática se inicia desde una simple búsqueda en Google.
Además, la creciente tendencia a mencionar un posible envío de tropas europeas a Ucrania, para evitar una victoria de Rusia, necesita argumentos tanto políticos, como económicos o incluso históricos que justifiquen decisiones riesgosas, estima el rotativo.
Sin embargo, al parecer el afán de limpiar la memoria histórica podría tener efectos contraproducentes como el de obviar quién y cómo venció hace 79 años a la maquinaria bélica fascista, la misma que avasalló por un tiempo al resto de Europa, ahora olvidadiza.
Fuente: Prensa Latina