Washington, 06 nov (SANA) Sin rostros ni historia, quizás un número es como reflejan hoy a las víctimas palestinas del genocidio israelí en Gaza las publicaciones en algunos medios de prensa de Estados Unidos.
A diario, desde el pasado 7 de octubre, las imágenes televisadas de la masacre muestran las explosiones sobre una ciudad en ruinas, los hospitales bombardeados y los niños con el trauma de la guerra como un elemento más de la “gran cobertura».
Muchos menores tienen tatuados sus nombres en las piernas como macabra advertencia: si mueren a causa de las bombas podrán identificarlos, pero en los reportes de las televisoras solo se mencionan las cifras.
Contrario es lo que ocurre con la otra parte. Aparecen los rostros y testimonios de dolores.
¿Es diferente esa aflicción a la de una madre palestina que pierde a un hijo? ¿o a la de un padre desesperado que busca a un familiar entre escombros?
Resulta interesante la percepción selectiva de la tragedia.
Cuando el Movimiento de Resistencia Islámica Hamas sorprendió con su ataque a las fuerzas israelíes el 7 de octubre y en su momento se informaron más de mil fallecidos, de inmediato Israel declaró la guerra.
Para tratar de borrar a Hamas Israel decretó un bloqueo total a la Franja de Gaza privando a su población de agua, electricidad, medicinas y alimentos y desató una campaña de bombardeos que para muchos constituye una limpieza étnica.
Con dicho objetivo asesinó a más de nueve mil palestinos hasta ahora en medio de la inacción y pasividad de la comunidad internacional que aprueba resoluciones mientras vetan otras. ¿Eso no importa?
La televisión solo publica parcialmente los estragos y se detiene donde indican las pautas editoriales.
¿Y la preocupación por los palestinos, que llevan más de 75 bajo la agresión permanente de Israel, expulsados de sus tierras, muriendo cada día?
Por cierto, la representante demócrata Rashida Tlaib, único miembro del Congreso de Estados Unidos de ascendencia palestina, advirtió hace poco “no puedo creer que tenga que rogar a mi país y a mis colegas que valoren cada vida humana, sin importar su fe o etnia”.
Ahora la congresista de Michigan volvió a expresar su pública oposición a la postura del Gobierno de Estados Unidos y al presidente Joe Biden de apoyar el genocidio palestino.
En un vídeo publicado en X, Tlaib instó a Biden a pedir un alto el fuego en el conflicto, algo que tanto él como su administración se niegan a aceptar, en línea con Israel.
«Señor. Presidente, el pueblo estadounidense no está con usted en este caso”, afirmó Tlaib en el video, y agregó: “Lo recordaremos en 2024”.
Para algunos analistas, el férreo respaldo de Biden al régimen sionista podría resultarle una piedra en su camino a un segundo mandato en el contexto de una aprobación tambaleante.
Las encuestas sugieren que la impopularidad de Biden es del 57 por ciento, mientras existen sombríos pronósticos de un eventual empate entre el demócrata y el republicano Donald Trump, pese a toda su montaña de problemas legales.
Una impresionante manifestación de apoyo a Palestina tuvo lugar este sábado en Washington DC, donde más de 300 mil personas se concentraron en la Plaza de la Libertad y sus alrededores para exigir el cese el fuego en Gaza.
La protesta se hilvanó con acciones similares en otras ciudades del país y dentro de la jornada mundial de respaldo a la causa del pueblo palestino.
Mientras muchos reclaman la paz, un ministro israelí hizo un planteamiento de terror.
El ultraderechista Amichai Eliyahu, titular de Patrimonio, dijo que la Franja de Gaza no debería existir sobre la tierra.
Para Eliyahu lanzar una bomba nuclear allí sería “una posible solución», reportó la cadena catarí Al Jazeera.
Fuente: Prensa Latina