SANA en Español
Damasco, 24 ago (SANA) ¿Cuál es la distancia que separa a la Franja de Gaza de La Habana? ¿Cuántas nubes, cuántas olas, cuánto viento? Desde el 7 de octubre, Ana, una niña cubana de pañoleta roja, simplifica esa lejanía y se sienta junto al televisor para saber todo sobre Palestina.
Las cámaras trasmiten videos de pequeños recogidos bajo los escombros de sus casas. Las cifras indican que miles de alumnos, algunos menores que ella, murieron durante los últimos días por los bombardeos de “Israel” contra esta tierra.
Ana no vive esa realidad. Mientras cambia sus juegos de cuatro esquinas por conocer de otros lares, observa a través del corazón y ama desde la distancia. Va leyendo de periódico en periódico, de revista en revista, hasta descubir los colores de la bandera palestina.
En las publicaciones aparecen noticias tristes. Hablan de agua sucia, de gritos, de batallas y catástrofes. Mientras, esta pequeña caribeña escribe algunas palabras:
Queridos niños palestinos:
Me llamo Anita y soy una niña cubana que los apoya y les manda un abrazo cargado de amor. Debe ser muy triste estar herido en un hospital y que además de doler las heridas también duela el corazón por no tener a su familia viva. Todos ustedes niños y niñas de Palestina hoy sufren y son testigos de algo que ningún niño debe sufrir.
En mi país (Cuba) lo más importante son los niños y la paz por eso me duele mucho ver las fotos y videos que demuestran la realidad que están viviendo. Les cuento que en Cuba hay muchos jóvenes palestinos que se están formando como médicos para regresar junto a ustedes para curarlos y quererlos, porque los niños merecemos siempre mucho amor, no odio ni bombas ni guerra.
Me ha dicho mi mamá que en todas partes del mundo existen personas buenas y malas. “Israel” tiene personas buenas y malas y los malvados que los lastiman no conocen el poder del amor y la unidad. Muchos países del mundo apoyan la libertad del pueblo palestino y creo que los países unidos podemos lograr que esto pare porque niños como nosotros no merecemos la guerra por muy mal que nos portemos en la escuela y en casa.
Yo como pionera cubana los apoyo y los ayudaremos en todo lo que podamos.
Les escribo esta carta con mi corazón lleno de amor y esperanza.
Ojalá pudiera abrazarlos a todos.
Anita.
Fuente: Al Mayadeen
