ÁFRICA pasó a ser el epicentro del antiimperialismo y el neocolonialismo. Este continente ha sufrido las políticas racistas, el robo de sus materias primas, el incentivo de guerras civiles o fronterizas, el hambre, las grandes pandemias. También sufrió el fenómeno de la inmigración, cientos de miles de africanos arriesgan sus vidas pata cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa.
Damasco, 27 ago (SANA) Mientras en América Latina la ola progresista tiene contradicciones sujetas a las políticas neoliberales, deuda externa, condicionamientos económicas, políticas de desestabilización, intentos de golpes blandos o violentos, el continente Africano pasó a ser el epicentro del antiimperialismo y el neocolonialismo.
Este continente ha sufrido las políticas racistas, el robo de sus materias primas, el incentivo de guerras civiles o fronterizas, el hambre, las grandes pandemias. También sufrió el fenómeno de la inmigración, cientos de miles de africanos arriesgan sus vidas pata cruzar el Mediterráneo y llegar a Europa. Decía estos días el Papa Francisco «El Mediterráneo es el cementerio de los emigrantes».
El neocolonialismo francés e inglés, a pesar de la independencia de estos países africanos, siguieron manteniendo la dependencia económica y a través de sus títeres políticos sometiendo a estos países. Los objetivos imperialistas están concentrados en el oro, cobre, cobalto, petróleo, madera, minerales etc.
El continente africano posee una superficie total de 30 272 922 km² (621 600 km² en masa insular), que representa el 20,4 % del total de las tierras emergidas del planeta. La población supera los 1.300 millones de habitantes, un 15 % del total mundial.
Dos años después de ser elegido presidente Mohamed Bazoum, se termina la primera actitud anticolonialista de la historia de Níger. El general Abdourahamane Tchiani anunció en una conferencia de televisión que liderará el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CLSP), la junta de transición militar.
El 26 de julio unos soldados detuvieron al presidente de Níger en su casa de Niamey, la capital. horas después declararon que habían tomado el poder. Los soldados amotinados reconocieron al general Abdourahmane Tchiani como reemplazante del depuesto presidente Mohamed Bazoum. Tras el golpe militar miles de nigerinos se volcaron a la calle para apoyar el golpe de Estado.
Níger, de 25 millones de habitantes, figura entre los países más pobres del mundo y era uno de los últimos socios de Occidente en la región del Sahel.
Níger es capaz de «superar» las sanciones impuestas en su contra por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), aseguró el primer ministro del gobierno militar que tomó el poder a finales de julio, un día después de que el régimen denunciara su impacto en el país.
«Creemos que, aunque se trata de un reto injusto que se nos ha impuesto, debemos ser capaces de superarlo. Y lo haremos», declaró Ali Mahaman Lamine Zeine en una entrevista difundida este lunes en el medio alemán Deutsche Welle.
Pero Níger obtuvo el inmediato apoyo de Burkina Faso, Malí y Guinea, a los que podría plegarse su vecino, Argelia, también excolonia francesa. Níger se convirtió en el epicentro del movimiento revolucionario de todo el continente.
Desde Papúa Nueva Guinea, en Oceanía, el presidente de Francia Emmanuel Macron rechazó con contundencia el levantamiento militar vivido en Niamey: “Este golpe de Estado es perfectamente ilegítimo y profundamente peligroso para los nigerinos, para Níger y para toda la región”, afirmó. Así también lo hicieron los miembros de la OTAN y los gobiernos de derecha del continente africano. Francia tiene más de 1.500 soldados en Níger, además de efectivos expulsados de la Operación Barkhane en Mali y Burkina Faso. Por su parte, Estados Unidos cuenta con 1.000 militares en terreno nigerino.
Mientras tanto el Ibrahim Traore, presidente de Burkina Faso, en su participación en la última cumbre Rusia-África el joven dirigente se posiciona como un referente en la región del Sahel, lucha contra el yihadismo, descolonización europea y acercamiento a los BRICS para el desarrollo son algunos de los puntos sostenidos por quien también juega un rol clave en la situación de Níger.
En África comienza una nueva etapa política que puede acabar con los cientos de años de neocolonialismo.
Fuente: Rebelion