Tal reformulación, liderada precisamente por los países BRICS, se ha hecho necesaria ante la aplicación unilateral de sanciones económicas por parte de Washington contra Irán y especialmente contra Rusia a partir de 2022. En la práctica, esta política de EEUU ha generado fuertes incertidumbres en varias naciones del globo, temerosas de ser vulnerables frente al poder financiero norteamericano, capaz de congelar activos de forma discrecional en instituciones internacionales bajo su mando.
Damasco, 8 jul (SANA) Recientemente, Wang Yi, jefe de la Oficina de la Comisión de Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, en una conversación telefónica con Celso Amorim, asesor especial del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, destacó la importancia de los BRICS para la cooperación mundial entre países en desarrollo.
China considera que el grupo BRICS es la plataforma más importante para reforzar la solidaridad entre los países en desarrollo y también un factor esencial para el establecimiento del mundo multipolar. Al fin y al cabo, según las previsiones del expresidente de uno de los grupos de banca de inversión y de valores más grande del mundo, Goldman Sachs, Jim O’Neil, en 2050 los países BRICS dominarán el panorama económico mundial.
Hay varias razones para ello. En primer lugar, dos de sus miembros, China y la India, siguen mostrando un crecimiento envidiable de su Producto Interno Bruto (PIB), además de ser los dos países más poblados del planeta. Ambos representan los mayores mercados de consumo del mundo, atrayendo empresas y expandiendo cada vez más sus negocios.
Por otro lado, están Brasil y Rusia, cuyos territorios son de escala continental y que cuentan con vastos recursos naturales. Brasil, a su vez, es uno de los principales productores agrícolas mundiales, al tiempo que exporta hierro, cobre e importantes materias primas como petróleo y gas. Rusia posee las mayores reservas de combustibles fósiles del planeta, con más del 20% de las reservas mundiales de gas natural.
En vista de este enorme potencial, a lo largo de sus numerosas cumbres, los BRICS ha servido de plataforma para el acercamiento político de sus países miembros. No solo eso, sino que también ha servido de importante plataforma para que las naciones del grupo promuevan activamente la defensa de la multipolaridad en el sistema internacional.
Además, incluso con los desafíos políticos y financieros a los que se enfrentó el grupo tras el periodo pandémico y como resultado del conflicto ucraniano, los BRICS siguieron siendo fuertes en la economía mundial, representando alrededor del 20% del comercio mundial total. Irremediablemente, por lo tanto, los BRICS se convertirán en uno de los bloques económicos más importantes del sistema, haciendo que el dominio del G7 sea cosa del pasado.
Una vez más aquí es necesario destacar el papel de China para este resultado de los BRICS. Pekín ha desempeñado un papel esencial en la proyección y consolidación del grupo, al tiempo que acoge en su territorio el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), una institución financiera multilateral creada por iniciativa de los países miembros de los BRICS. Con el objetivo principal de financiar obras de infraestructura y desarrollo sostenible en los mercados emergentes, la institución se ha dado a conocer por representar una alternativa real a las organizaciones internacionales dominadas por el G7, como el Banco Mundial y especialmente el Fondo Monetario Internacional (FMI).
No obstante, entre 2021 y 2022 ya se han adherido al banco cuatro países: Bangladés, los Emiratos Árabes Unidos, Uruguay y Egipto, ampliando el alcance global de la institución en América Latina, Oriente Medio, África y Asia. Dado que el NDB sigue dispuesto a recibir nuevos clientes en el futuro, cabe esperar que el Banco de los BRICS marque su presencia en el siglo XXI como uno de los elementos más importantes de un orden internacional reformulado, en el que los países emergentes puedan tener una mayor voz y representatividad en los procesos de toma de decisiones globales.
Más allá del banco, también hay que destacar el papel de los BRICS como uno de los principales abanderados del proceso de desdolarización de la economía mundial. Habiendo acercado a lo largo de los años a los ministerios de finanzas de sus países miembros, los BRICS ha contribuido a establecer un entorno de confianza y cooperación económica basado en beneficios mutuos. No por casualidad, países como Brasil, China, Rusia y la India firman cada vez más acuerdos comerciales bilaterales en sus monedas locales, evitando así la necesidad de utilizar el dólar como medio de cambio. A modo de ejemplo, las refinerías indias ya efectúan pagos en yuanes por las importaciones de petróleo ruso, mientras que China también utiliza el yuan para la mayoría de sus importaciones energéticas procedentes de Moscú.
En la actualidad, más del 80% de las transacciones comerciales entre Rusia y China se realizan en rublos y yuanes. Durante su visita a Pekín en abril de 2023, el presidente brasileño, Lula da Silva, también señaló el uso de monedas locales para el comercio entre Brasil y China, una medida que deberían imitar otros países latinoamericanos. Por otra parte, cabe mencionar que, además de Brasil y Rusia, más de otros 20 países están celebrando acuerdos comerciales con China basados en monedas alternativas, siguiendo el ejemplo de los países BRICS. Este es el comienzo de una reformulación en pleno desarrollo en la escena internacional, instigada por la pérdida de prestigio del dólar en el sistema.
Estas medidas, que anuncian el fin del uso del dólar como medio de cambio en las transacciones entre Estados, serán extremadamente perjudiciales para la posición mundial de Estados Unidos. Esto se debe a que el yuan chino va camino de convertirse en un firme candidato en las transacciones comerciales y financieras entre países, disminuyendo así los efectos de las políticas monetarias estadounidenses en el mundo.
Tal reformulación, liderada precisamente por los países BRICS, se ha hecho necesaria ante la aplicación unilateral de sanciones económicas por parte de Washington contra Irán y especialmente contra Rusia a partir de 2022. En la práctica, esta política de EEUU ha generado fuertes incertidumbres en varias naciones del globo, temerosas de ser vulnerables frente al poder financiero norteamericano, capaz de congelar activos de forma discrecional en instituciones internacionales bajo su mando.
Por último, hay que tener en cuenta la posibilidad de ampliación de los BRICS con la posible adhesión al bloque de países como Arabia Saudita, Argentina e Irán. Al representar un modelo político basado en un liderazgo “colectivo” en defensa de la multipolaridad, el fortalecimiento y la expansión de esta alianza podrán redefinir los contornos del orden mundial en el siglo XXI. Este nuevo orden será uno sin el dominio de un hegemón y con múltiples instituciones de toma de decisiones globales que darán la debida voz a los países en desarrollo. Se tratará de un mundo más justo, que ha sido precisamente el principal objetivo de los BRICS desde su creación y su principal motor para la remodelación de las relaciones internacionales.
Fuente: Sputnik