Damasco, 19 jun (SANA) La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, prosigue la aplicación de la política de injerencia en Panamá para seguir con el plan neocolonialista, denunciaron medios locales.
De acuerdo con El Periódico de Panamá, la reciente estadía -la cuarta en menos de un año- de la oficial en el III Simulacro Regional sobre Desastres y Asistencia Humanitaria fue apenas una justificación para hablar de migración irregular y seguridad.
Según Richardson, Estados Unidos ve a la región como un gran suministrador de minerales estratégicos para su país y geopolíticamente no puede prescindir de esas riquezas.
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Conforme a la publicación, ello augura futuras intervenciones en los procesos políticos en marcha como las elecciones generales de 2024 en medio de los silencios gubernamentales.
A juicio de Richardson, la labor de la Brigada de Asistencia a las Fuerzas de Seguridad y de Asuntos Civiles, en Panamá y Colombia, tiene como objetivo “el desarrollo de la capacidad institucional y el entrenamiento con las fuerzas de seguridad”.
Si bien la alta oficial negó el suministrando armas, reiteró los objetivos del plan de 60 días para enfrentar la migración irregular y acabar con el movimiento ilícito de personas a través del Darién.
Para organizaciones populares como el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, la presencia de Richardson es una clara expresión de injerencias en los asuntos internos.
En opinión de los directivos de la agrupación, la politica estadounidense está lejos de resolver el problema. En los primeros cinco meses del año, más de 166 mil migrantes atravesaron la jungla, un número cinco veces superior al mismo período del año pasado.
Además, en la primera quincena de junio, 12 mil 333 migrantes cruzaron la selva, frente a los 15 mil 633 del mes completo de 2022. Los especialistas pronosticaron una cifra cercana a 400 mil ante de concluir el año.
Fuente: Al Mayadeen Español