Antónov hizo referencia a la ayuda militar proporcionada por EE.UU., valorada en 17.900 millones de dólares desde el inicio del conflicto, además de la “entrega de datos de inteligencia, el envío de combatientes y asesores e instrucciones directas sobre dónde atacar”.
“Al amparar al régimen de Kiev, ellos mismos se convierten en patrocinadores y cómplices del terrorismo nuclear”, resaltó.
Moscú, 09 nov (SANA) Consintiendo las acciones del Gobierno ucraniano, Estados Unidos y sus aliados se convierten en patrocinadores y cómplices de terrorismo nuclear, expresó el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov.
En un artículo publicado este miércoles en el canal de Telegram de la Embajada, el diplomático constató que Kiev se ha convertido en el “principal punto de apoyo antirruso” para Occidente, que “no oculta” su disposición de luchar contra Moscú “hasta el último ucraniano”.
Antónov hizo referencia a la ayuda militar proporcionada por EE.UU., valorada en 17.900 millones de dólares desde el inicio del conflicto, además de la “entrega de datos de inteligencia, el envío de combatientes y asesores e instrucciones directas sobre dónde atacar”.
“La culminación de la hipocresía occidental fue ignorar las palabras de [el presidente ucraniano Vladímir] Zelenski sobre su intención de devolver al país a su estatus nuclear. El mundo se estremeció, pero Occidente hizo todo lo posible para que estas declaraciones se ‘ahogaran’ en una avalancha de propaganda antirrusa”, escribe el diplomático.
Ahora nos enfrentamos a “la amenaza de una catástrofe radiológica”, indicó en referencia a los datos de inteligencia rusa divulgados el mes pasado, de que Kiev está tramando un sabotaje con la llamada bomba sucia para acusar a Moscú de terrorismo nuclear. Antónov recordó que la detonación de tal dispositivo dispersaría materiales radiactivos en un perímetro de hasta varios miles de metros cuadrados, creando una zona de exclusión por entre 30 y 50 años.
Antónov remarcó que las advertencias de Rusia al respecto son desestimadas en Washington como “falsas” e “infundadas”, mientras que el objetivo de Kiev es “hacerse pasar por una víctima e involucrar directamente a EE.UU. y la OTAN en el conflicto”, es decir “enfrentar a las potencias nucleares”.
“Al amparar al régimen de Kiev, ellos mismos se convierten en patrocinadores y cómplices del terrorismo nuclear”, resaltó.
A esto se suman las declaraciones “imprudentes y provocadoras” por parte de varios funcionarios estadounidenses radicales, señaló, mencionando como ejemplo las aseveraciones de los comandantes de la 101.ª División Aerotransportada del Ejército sobre su determinación de unirse al conflicto en territorio ucraniano sin demora.
“No empezamos guerras. Las finalizamos. La única pregunta es hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos. ¿Serán capaces de parar en la línea peligrosa?”, se preguntó.
Desde el pasado 23 de octubre, Moscú ha alertado a la comunidad internacional de que Kiev planea una provocación con una bomba sucia, lo que permitiría acusar a Moscú de haber recurrido a su arsenal nuclear táctico en medio del conflicto bélico que continúa en Ucrania.
Vasili Nebenzia, representante permanente de Rusia ante la ONU, llamó a ese organismo internacional a ejercer su influencia sobre las autoridades de Kiev para que se abstengan de propiciar lo que Moscú consideraría como terrorismo nuclear.
Desde Kiev han rechazado categóricamente las acusaciones. Paralelamente, los Gobiernos de Francia, del Reino Unido y de EE.UU. emitieron un comunicado en el que calificaron las advertencias de Moscú de “acusaciones transparentemente falsas”.
Las bombas sucias son un tipo de arma que combina explosivos convencionales y sustancias radiactivas. Aunque no pueden generar una explosión nuclear, sí que provocan la dispersión de sustancias radioactivas en la zona afectada.
Fuente: RT