Jerusalén ocupada, 2 nov (SANA) Este primero de noviembre, se cumplen 105 años al crimen cometido por Gran Bretaña cuando emitió la nefasta Promesa de Balfour que dio inicio a la implantación del Ente sionista usurpador en la tierra árabe.
Dicha promesa llevó a catastróficas consecuencias para el pueblo palestino y los de la región, al tiempo que los palestinos enfrentan grandes desafíos no menos graves que dicha promesa como el llamado Acuerdo del Siglo conque EE.UU. e Israel pretenden liquidar la causa palestina.
El 2 de noviembre de 1917, el entonces ministro del Exterior de Gran Bretaña, Arthur James Balfour dirigió una carta al lord judío Lionel Walter De Rothschild, uno de los dirigentes del Movimiento Sionista por orden del primer ministro británico David Lloyd George.
El mensaje giró sobre la usurpación de Palestina y establecer un estado israelí que materialice los objetivos e intereses de Gran Bretaña en la región árabe.
Esto constituyó uno de los más peligrosos complots tejidos para la región árabe para fragmentarla y acabar con sus potencialidades favoreciendo así los designios colonialistas de los países occidentales.
La Promesa de Balfour constituyó un antecedente histórico peligroso y una flagrante violación de las normas y leyes internacionales al conceder el territorio palestino a las bandas sionistas quienes expulsaron al pueblo autóctono para crear el Ente israelí usurpador en 1948.
Mientras tanto, continúan las secuelas de dicha promesa, una de ellas es el reconocimiento de Jerusalén como capital del ente de ocupación israelí por parte del presidente norteamericano Donald Trump (diciembre de 2017) quien más tarde (15 de mayo de 2018) trasladó la embajada de su país a Jerusalén en el 70 aniversario de la Nakba y en marco del llamado Acuerdo del Siglo cuyas cláusulas fueron anunciadas a principios del actual año a la sombra de un silencio internacional.
Los pueblos del mundo reafirman que toda Palestina es propiedad de su pueblo y que la lucha y la resistencia son el camino para libertar el territorio palestino, por tanto la comunidad internacional debe dejar la política de dobles raseros y debe corregir la ignominia histórica cometida contra el pueblo palestino mediante la fatal Promesa de Balfour.
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