La ceguera de la Unión Europea

  • Estados Unidos está dispuesto, a decir del mandatario ruso, a echar la guerra hasta el último ucraniano, pero sería bueno agregar que también busca mantener la escalada económica contra Rusia hasta el fin de “la última economía europea”. A fin de cuentas, sería un competidor menos.

Damasco, 18 jul (SANA) La Unión Europea (UE) se involucra, junto a Estados Unidos, cada vez más en el conflicto de Ucrania y en la guerra económica contra Rusia, al parecer, sin ver el carácter casi suicida de su accionar.

Aunque los propios instrumentos de pronósticos de riesgo económico hablan ya de una inflación promedio de más de ocho puntos para este año en la UE, en medio del efecto bumerán de las sanciones contra Moscú, sus políticos continúan enfrascados en atizar la ofensiva rusofóbica.

Estados Unidos, que desde mucho antes del golpe de estado en febrero de 2014 en Ucrania, organizó toda una estrategia para crear la mayor división entre ese país y Rusia, llama en todo momento a mantener la confrontación en suelo ucraniano.

Después que el pasado 24 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el inicio de una operación bélica en Ucrania para desmilitarizar y desnazificar a ese país, Washington arreció sus llamados a ahogar económicamente al gigante euroasiático.

Moscú en su momento propuso una política de entendimiento con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para evitar su expansión al este, en especial, a Ucrania, pero el bloque hizo caso omiso a esas propuestas que buscaban una seguridad regional responsable.

El conflicto dio pie a Estados Unidos para finalmente congelar el proyecto de gasoducto North Stream II que daría gas más barato a Alemania, la locomotora de la UE, para, en su lugar, proponer un gas de esquisto norteamericano mucho más caro, afirman analistas locales.

De paso, la confrontación dio un nuevo aire a la propia OTAN, que con la justificación de enfrentar la operación militar rusa en Ucrania ya anunció en su última cumbre en Madrid el aumento de efectivos cerca de la frontera rusa de unos 30 mil a cerca de 300 mil (10 veces más).

Además, los llamados de la Casa Blanca a mantener la confrontación en Ucrania favorecieron a las empresas del complejo militar estadounidense que en apenas unos meses obtuvieron miles de millones de dólares de ganancia, mientras en Europa todos hablan de aumentar gastos de defensa.

En medio del efecto bumerán de las más de 10 mil medidas punitivas aplicadas contra Occidente contra Rusia, con un alza de los combustibles, los fertilizantes y los alimentos, Europa se da el lujo de llamar a sus ciudadanos al sacrificio y aumentar los gastos militares.

De parapeto sirve la supuesta amenaza que supone Rusia, aunque esas razones ya se manejaban mucho antes de que las tropas rusas operaran en Ucrania, a donde viajaron miles de mercenarios extranjeros, incluidos europeos, para muchos de ellos encontrar allí el fin de sus días.

Atrás también parecieron quedar los llamados que en su momento hizo el presidente francés, Emmanuel Macron, para crear un ejército europeo paralelo a la alianza atlántica, cuya estructura con Estados Unidos al frente es defendida a capa y espada por Washington, destacan expertos.

Como lo ha afirmado en varias ocasiones el propio Putin, Europa demuestra una abierta pérdida de dependencia y completa subordinación a la Casa Blanca en el tema ucraniano. De hecho, ya las sanciones empiezan a crear divisiones importantes en el seno de la UE.

En medio del aumento inusitado de la inflación en 40 años en Europa, el alza meteórica del combustible, de lo cual Occidente insiste en culpar a Rusia, el frente político que apoya a Macron perdió la mayoría parlamentaria y el primer ministro británico, Boris Jhonson, renunció.

Alemania, Noruega, Italia, Francia, España y Polonia ya fueron escenarios de huelgas de transportistas, agricultores y algunas partes del sector público por los altos precios y ese proceso apenas comienza.

Rusia se estima que perdió unos 10 mil millones de dólares a causa de las sanciones, además de los 300 mil millones de activos del Banco Central que quedaron congelados, pero la economía enfrentó el embate de medidas draconianas y crea condiciones para la resistencia.

Hace unos días, Putin advirtió que la operación en Ucrania apenas se iniciaba, mientras, según su ministro de Defensa Serguei Shoigu, las fuerzas armadas rusas utilizan una ínfima parte de su potencial en esa confrontación, en la cual la OTAN participa cada vez más directamente.

Estados Unidos está dispuesto, a decir del mandatario ruso, a echar la guerra hasta el último ucraniano, pero sería bueno agregar que también busca mantener la escalada económica contra Rusia hasta el fin de “la última economía europea”. A fin de cuentas, sería un competidor menos.

Fuente: Prensa Latina

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