Pese a dudas y controversias internas, la Unión Europea (UE) aprobó esta semana su sexto paquete de sanciones antirrusas que, según expertos, hará tanto o más daño al bloque comunitario que a este país.
Moscú, 4 jun (SANA) Pese a dudas y controversias internas, la Unión Europea (UE) aprobó esta semana su sexto paquete de sanciones antirrusas que, según expertos, hará tanto o más daño al bloque comunitario que a este país.
La cumbre de los jefes de Estado y Gobierno en Bruselas tuvo lugar en medio de fuertes desavenencias entre los países del grupo por la presión de la jefatura comunitaria de cortar los lazos energéticos con la nación euroasiática, algo que no aprueban todos los miembros, preocupados por la posibilidad de una crisis energética.
Entre las medidas acordadas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó que aparece el embargo parcial postergado unos meses de las importaciones de petróleo ruso, con la excepción de Hungría, que planteó no estar en condiciones de aceptar la decisión.
La reunión aprobó también la ampliación de la lista negra de funcionarios y empresarios de este país castigados en territorio de la UE, la exclusión del Sberbank y otros dos bancos rusos del sistema Swift y la prohibición de transmitir su programación en zona comunitaria a tres canales de televisión rusos.
Sin embargo, la mayor fuente de conflictos en el marco del bloque fue la aprobación del embargo a las compras del combustible ruso, cuya necesidad aflora como la piedra en el zapato de algunas naciones de la región, de ahí que la meta prometida en el encuentro fue abandonar el 90 por ciento de su importación para fines de año.
Frente a tal dilema y a las presiones estadounidenses porque Europa abandone las compras a Rusia, cada día son más los países que aceptaron mantener las importaciones del gas de Moscú, conscientes de sus requerimientos energéticos nacionales y de que cumplir con lo solicitado constituiría un suicidio económico.
Budapest fue uno de los que aceptó pagar en rublos por el gas ruso, una exigencia impuesta por Moscú desde el 1 de abril a sus compradores hostiles, considerados así los países que se unieron a las más de 10 mil sanciones lanzadas contra la nación euroasiática, la mayoría de ellas en los últimos tres meses.
Pero Hungría no fue el único, cada vez son más las empresas que están comprando gas ruso con cuentas en rublos.
El vice primer ministro ruso Alexander Nóvak destacó que casi la mitad de los 54 clientes de Gazprom Export abrieron cuentas con su banco, mientras otros no aceptaron ese procedimiento de pago.
Todas las importadoras griegas comenzaron a pagar al gigante gasifero en rublos, por lo que el país helénico no sufrirá interrupciones de suministros.
Por su parte, los gobiernos de Alemania, Austria e Italia también autorizaron a sus empresas la apertura de cuentas en el Gazprombank para pagar por el gas ruso, tras consultar con la Unión Europea.
Según la agencia Bloomberg, la directiva del bloque comunitario está “cerca de alcanzar el límite” de su capacidad para imponer medidas restrictivas contra Rusia, porque no han podido asestar un golpe certero y duro a la “lucrativa industria energética”.
En tal sentido, la presidenta del Consejo de la Federación (Senado) de Rusia, Valentina Matvienko, declaró el pasado 31 de mayo que las sanciones contra su país llegaron al límite sin que produjeran los resultados esperados por los países occidentales.
Al intervenir ante la Asamblea (Parlamento) de Mozambique, en la ciudad de Maputo, la senadora explicó que Rusia continúa su desarrollo y enfrenta la presión ejercida sobre ella, mientras los autores de las más de 10 mil medidas contra su país admitieron haber agotado las posibilidades de la continuación de la guerra de sanciones.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, llamó la atención sobre declaraciones de políticos occidentales quienes reconocieron que las medidas no funcionan porque con la reducción de las compras de recursos energéticos a este país los precios mundiales subieron y, como resultado, Rusia está recibiendo más ingresos que el año pasado.
“Que saquen conclusiones, aparentemente, al final comenzaron a contar y a tratar de averiguar qué están haciendo y cuáles son las consecuencias de estas acciones”, enfatizó.
Por: Mario Muñoz Lozano
Fuente: Prensa Latina