La nefasta promesa de Balfour de 1917 fue uno de los peores complots tejidos para la región árabe, y lo siguieron otros como el reciente “Acuerdo del Siglo” anunciado por el presidente norteamericano Donald Trump en enero pasado, y quien lo había precedido en 2017 con el reconocimiento de Jerusalén ocupada como capital del Ente de ocupación y luego el traslado de la embajada yanqui a la ciudad santa en 2018 y el apoyo explícito a la ocupación en su empeño de anexarse partes de Cisjordania obviando el rechazo de los palestinos y del mundo entero.
Jerusalén ocupada, 15 may (SANA) Un desastre tras otro sufre el pueblo palestino desde el año 1948 hasta el día de hoy, mientras la comunidad internacional guarda silencio ante los crímenes de la ocupación israelí.
Por su parte, la ONU no ha logrado llevar a la práctica ninguna de sus resoluciones emitidas por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad las cuales reafirman el derecho de los refugiados palestinos a retornar a sus hogares y crear el Estado palestino independiente dentro de los límites del 4 de junio de 1967 con su capital en Jerusalén.
Los planeadores y ejecutores de la Nakba “hecatombe” quisieron que Palestina sea una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra, y apostaron porque el nombre de Palestina sea borrado de la historia y por ello perpetraron las peores masacres y conjuras, sin embargo los palestinos han demostrado que todo aquello se rompe gracias a su firmeza y apego a sus derechos.
La nefasta promesa de Balfour de 1917 fue uno de los peores complots tejidos para la región árabe, y lo siguieron otros como el reciente “Acuerdo del Siglo” anunciado por el presidente norteamericano Donald Trump en enero pasado, y quien lo había precedido en 2017 con el reconocimiento de Jerusalén ocupada como capital del Ente de ocupación y luego el traslado de la embajada yanqui a la ciudad santa en 2018 y el apoyo explícito a la ocupación en su empeño de anexarse partes de Cisjordania obviando el rechazo de los palestinos y del mundo entero.
74 años han transcurrido desde la Nakba del pueblo palestino cuyo sufrimiento aún continúa a la sombra de la maquinaria criminal sionista que continúa su proyecto usurpador del territorio palestino para la creación de colonias con el apoyo de Washington.
A pesar de la criminalidad del ocupante los palestinos se mantienen firmes por muy que sean los sacrificios y las conspiraciones americano-sionistas, puesto que Palestina y Jerusalén son tierra sagrada y tarde o temprano volverá a sus dueños legítimos que establecerán su estado palestino con Jerusalén como capital.
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