Damasco, 8 may (SANA) Existen muchas razones que explican el fracaso estadounidenses y occidental en aislar a Rusia a nivel de la comunidad internacional.
Varios países apoyan explícitamente a Rusia, incluidos Siria, Bielorrusia, Corea del Norte y Eritrea, entre otros. mientras que muchos otros países de África, Asia y América Latina se adhieren a la neutralidad.
En la votación de la Asamblea General de la ONU el 7 de abril sobre la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, 24 países votaron en contra de esta medida. Por otro lado, aparte de los países occidentales y sus aliados, como Japón y Corea del Sur, ningún país ha adoptado sanciones contra Moscú.
Existen varias razones para esto. Rusia es una gran potencia y varios países que tienen una cercanía geográfica con esta nación mantienen una asociación económica o militar con este país en organizaciones tales como la Unión Económica Eurosiática o la Organización del Tratao de Seguridad Colectiva. Entre estos países están Bielorrusia, los estados de Asia Central o algunos del Cáucaso, como Armenia. Todos estos países mantienen fuertes relaciones políticas, militares y económicas con Rusia, incluyendo Kazajistán, donde el presidente Tokayev recibió apoyo militar de Rusia a principios de este año.
Otro país en Europa que ha rehusado condenar a Rusia o imponer sanciones es Serbia, que sufrió un ataque de la OTAN en 1999.
En Asia la lista es muy larga, e incluye todas las grandes potencias como China, India, Vietnam, Indonesia y otros. China se ha convertido en el primer socio comercial de Rusia y ambos tienen también una alianza estratégica en el terreno militar. Ambos países suscribieron un tratado de amistad en 2001 y son miembros líderes de la Organización de Cooperación de Shanghai, que busca contrarrestar las injerencias y la influencia de EEUU en el continente euroasiático. Rusia es también el principal suministrador de armas a India, incluyendo misiles, aviones y sistemas de defensa antiaérea y mantiene importantes lazos económicos con ese país.
En el mundo islámico, ningún país, salvo Turquía que es miembro de la OTAN, ha condenado a Rusia o apoyado las sanciones. Siria, Argelia o Irán han rechazado las sanciones contra Rusia y votaron en contra de su expulsión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Irán posee una asociación estratégica con Rusia en muchas esferas, incluyendo la económica y la militar. Ambos países cooperan para neutralizar las sanciones estadounidenses contra ellos.
Otros países que se abstuvieron y se han negado a aplicar sanciones contra Rusia incluyen las monarquías árabes del Golfo Pérsico, Egipto y la mayor parte del resto de países árabes. Los Emiratos Árabes Unidos firmaron un acuerdo de cooperación con Rusia en 2018. Arabia Saudí necesita la cooperación de Rusia para mantener alto el precio del petróleo. Algunos países como Egipto, Sudán y Mauritania poseen fuertes vínculos económicos con Rusia de la que procede, por ejemplo, el 90% de las importaciones de trigo de Egipto. Este último posee también importantes vínculos militares con Rusia.
En África, varios países votaron en contra de dicha resolución, como Mali, Gabón, Zimbabwe, Burundi, República Centroafricana, Congo, Eritrea y Etiopía. En el continente, la imagen de Rusia es positiva como consecuencia del apoyo de Moscú a los movimientos de liberación en contra de la descolonización, tales como el Congreso Nacional Africano en Sudáfrica o los de Angola, Namibia y Mozambique. Además, Rusia ofrece una ayuda militar a países como Mali y la República Centroafricana. En 2019, el presidente ruso, Vladimir Putin, organizó una cumbre Rusia-África en Sochi a la que asistieron 43 líderes africanos.
En América Latina, Rusia tiene sólidos lazos con Cuba, Venezuela, Bolivia o Nicaragua, que votaron también en contra de la citada resolución de la ONU. Brasil rechazó también votar en contra de Rusia en la citada resolución.
Otro factor que explica la negativa de muchos países asiáticos, africanos o de América Latina a condenar el ataque ruso es el hecho de que los países occidentales, encabezados por EEUU, son considerados potencias neoimperialistas y neocoloniales.
El apoyo estadounidense al régimen israelí y su represión contra el pueblo palestino, entre muchos otros conflictos, convierte a EEUU y sus socios en países hipócritas cuando se trata de condenar a Rusia. Estos países han mantenido también un silencio cómplice hacia los ataques del ejército ucraniano contra los ciudadanos de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk, que declararon su independencia tras el golpe de grupos pro-occidentales contra el gobierno de Ucrania en 2014. Miles de civiles en el Donbás fueron muertos como consecuencia de los bombardeos ucranianos.
En América Latina, aún está reciente el apoyo estadounidense a las dictaduras, particularmente en Argentina y Chile, o los intentos de derrocamiento de los gobiernos elegidos democráticamente en Venezuela, Bolivia o Nicaragua, entre otros, lo que respalda el argumento ruso de que la expansión de la OTAN es la causa del conflicto en Ucrania.
Esta posición de los países del Sur es el reflejo de un mundo multipolar que ya no acepta el dominio unipolar de EEUU y sus socios occidentales, especialmente en un momento de la aparición en el escenario de una nueva superpotencia, China, y de varias otras potencias emergentes.
Por Yusuf Fernández
Fuente: Al-Manar en Español