Damasco, 12 abr (SANA) Los medios de prensa corporativos de Estados Unidos hacen una apología de la mentira en su cruda campaña contra Rusia sustentada por la desinformación y las noticias falsas, estiman hoy analistas internacionales.
La guerra mediática desencadenada por Washington y aliados de la OTAN contra Moscú rinde dividendos y según un estudio del Pew Research Center, la opinión de los estadounidenses sobre el gigante euroasiático se agravó desde la crisis en Ucrania.
Ahora siete de cada 10 norteamericanos ven a los rusos como enemigos (70 por ciento), mientras el 41 por ciento tenía esa percepción en enero.
Al respecto, un informe publicado por www.moonofalabama.org afirmó que el eje de esta guerra informativa es la impunidad.
El reciente reconocimiento por parte del Pentágono de su uso indiscriminado de “inteligencia”, que no fue verificada e incluso es falsa, como parte de su estrategia en la guerra informativa contra Rusia, muestra no solo el grado de impunidad para hacerlo sino también la degradación del estado de derecho y su naturalización.
El nivel de confianza en los medios estadounidenses ya es ridículamente bajo, señaló recientemente Simón Black, fundador de Sovereign Man.
En un análisis publicado en el sitio digital https: //www.zerohedge.com, Black, graduado en la Academia Militar en West Point y oficial de inteligencia durante la guerra contra Iraq, aseveró que en cierta medida la prensa sirve de instrumento a las políticas más retrógradas de su país.
Diversos análisis y encuestas de opinión colocan en el banquillo a los medios de la nación norteña por su cobertura, ahora contra Rusia.
Desde los tiempos de William Randolph Hearst (1863-1951), devenido zar de los medios estadounidenses, los directivos de prensa pusieron su arsenal para favorecer causas contra la paz y contra otras naciones que Washington no considera amigas según sus estándares.
Por apoyar la falsedad Hearst ganó el premio Pulitzer, un galardón que lleva el nombre de Joseph Pulitzer, un editor de periódicos que también fabricó mentiras a finales de 1800, según Black, o sea, hay un largo historial de estas prácticas que pone en tela de juicio la objetividad del llamado cuarto poder en Estados Unidos.
Ejemplos de manipulación y falsedad hay por doquier, desde la guerra en Vietnam donde Washington entró basándose en una escaramuza en el Golfo de Tonkín que nunca ocurrió pero que fuentes de inteligencia dijeron que sí, y que los medios de comunicación lo reportaron como un hecho, hasta la invasión de Iraq.
Ya es una práctica que la prensa estadounidense informe diligentemente de acontecimientos ciertos o falsos sin una verificación, estiman expertos.
Hoy en día, medios de comunicación piden una escalada contra Rusia. Quieren una zona de exclusión aérea. Aplauden la política exterior demencial del presidente y le alaban por sus comentarios improvisados que no hacen más que aumentar las tensiones, dijo Black.
“Olvídate de la economía, del aumento de los precios y de la disfunción de la cadena de suministro… y olvídate del conflicto en cualquier otra parte del mundo. Sólo se nos permite preocuparnos por Ucrania y por (Vladimir) Putin”, se mofó el experto al hablar de la libertad de prensa.
Sondeos de Gallup ponen la confianza de la población en los informes de prensa en sus niveles más bajos en los últimos tiempos.
En una pesquisa realizada del 26 al 29 de marzo, YouGov.org curiosamente encontró que los estadounidenses confían más en el Weather Channel (Canal del Tiempo) 52 por ciento, una organización que rara vez cubre la política nacional, que en medios establecidos como BBC, The Wall Street Journal (37 por ciento) y otros de una larga lista.
De acuerdo con la publicación digital www.elcohetealaluna.com, “los decibeles de la guerra informativa exponen a un nuevo fascismo que busca controlar la mente de la población mundial sembrando miedo e histeria para bloquear la memoria, el razonamiento y la crítica al status quo”.
Para ello, agregó, se multiplican las fake news y se manipula la información. El eje de esta guerra informativa es la impunidad.
Fuente: Prensa Latina