Damasco, 18 mar (SANA) A mediados de marzo se han registrado varias alarmas sobre artefactos explosivos en los vuelos Serbia-Rusia. El experto y miembro de la Asociación Internacional de Jefes de Policía Marko Nicovic explicó a Sputnik que este puede ser un plan de las agencias de inteligencia occidentales para cortar la única conexión aérea directa entre Rusia y Europa.
Desde que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el inicio de la operación especial de desmilitarización y desnazificación en Ucrania, Occidente ha impuesto varios paquetes de sanciones con el fin de aislar y hundir la economía rusa.
Un claro ejemplo de ello es que varias compañías aéreas han dejado de realizar vuelos a Rusia por la presión política de Occidente. Air Serbia es actualmente la única compañía aérea europea que sigue operando vuelos regulares Belgrado-Moscú y ahora se ve amenazada por las falsas alarmas de artefactos explosivos.
Desde el 11 de marzo se ha informado de cinco bombas en los vuelos de Air Serbia que cubren la ruta de Belgrado a Moscú y una en la ruta de Belgrado a San Petersburgo. Los atentados se comunicaron por teléfono y correo electrónico, y los servicios especiales serbios determinaron que al menos uno de ellos se había originado en Ucrania.
“Los servicios de seguridad serbios conocen su negocio y se les debe permitir hacerlo. No podemos permitir que alguien de fuera juegue con nuestros servicios y nuestro Estado, de lo contrario se detendrán los vuelos”, señaló el experto en seguridad Nicovic.
El aeropuerto Nikola Tesla de Belgrado es el único puerto aéreo de Europa desde el que es posible volar a Rusia, por lo que en las dos últimas semanas la aerolínea serbia ha duplicado el número de vuelos a Moscú. El 12 de marzo, el presidente Aleksandar Vucic denunció la presión de Occidente, que acusa a Serbia de que la aerolínea “se beneficia de la sangre ucraniana”, por lo que el número de vuelos se reduciría a uno al día.
“Al mismo tiempo, los que están en la OTAN y tienen 30 veces más vuelos que nosotros no se ven afectados. Turquía, por ejemplo. Y también los países del Golfo”, señaló indignado el mandatario serbio.
En opinión de Nicovic, una de las razones por las que Serbia está presionada es porque este país no ha impuesto sanciones contra Rusia y otra es porque el aeropuerto Nikola Tesla es propiedad de la empresa francesa Vinci, lo que hace posible que los informes sobre bombas sean un juego de los servicios secretos occidentales.
“Sabemos que los franceses tienen un control considerable sobre la parte terrestre del aeropuerto, que gestionan desde hace cinco años. Y creo que los juegos de inteligencia están relacionados con el hecho de que los estadounidenses están tratando de bloquear todas las rutas de entrada y salida de Rusia a los países extranjeros”, subrayó el experto.
El país de la OTAN que tiene más vuelos con Rusia
De acuerdo con Nicovic es una paradoja que Turquía, miembro de la OTAN, no cancele los vuelos a Moscú, mientras que al pequeño país serbio se le impide hacerlo a toda costa.
“La Agencia de Información y Seguridad (BIA) o la Policía Científica también pueden, técnicamente, averiguar con mucha facilidad dónde se organiza todo, desde dónde se envían los mensajes falsos, pero probablemente estos servicios también están sometidos a la presión de Occidente, lo que les impide hacer su trabajo. De eso se trata”, precisó el experto.
“En cierto sentido esto es una guerra especial contra Serbia y Rusia. Si no hubiera habido presión sobre ellos, los aviones no habrían regresado”, advirtió Nicovic.
Según él, el destino de los vuelos a Rusia dependerá de las decisiones políticas y del grado de presión de Occidente. Además, expresó la esperanza de que se refuercen las inspecciones, pues de lo contrario los aviones seguirán regresando a los aeropuertos de salida ocasionando pérdidas económicas.
“Cada regreso de un avión a un aeropuerto de salida es muy caro, todos estos controles e inspecciones son costosos. Los pasajeros, las compañías aéreas, están perdidos. Si continúan estas frecuentes denuncias falsas, la situación se volverá insoportable. Creo que la compañía aérea tendrá que hacer algo para reducir esta presión”, concluyó el experto.
Fuente : Sputnik