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Damasco, 16 mar (SANA) El acercamiento de EEUU con Venezuela en los últimos días responde, entre otras causas, a la cercanía de las elecciones de medio término, el 8 de noviembre de 2022, que no definen la presidencia de Joe Biden, pero sí la composición del Congreso y, por ende, la adopción de decisiones frente a una presumible mayoría opositora en la legislatura bicameral, aseguró a Sputnik el dirigente hondureño del partido Libertad y Refundación (Libre) Gilberto Ríos.
Esto, en un contexto internacional marcado por la pérdida de hegemonía de EEUU y el crecimiento indetenible de un mundo multipolar, sumado el alza del precio del combustible y los commodities, el aumento de la inflación desde mediados de 2021, una posible recesión económica y una aprobación del mandatario demócrata sumamente baja.
Por todas estas razones, “Biden necesita estabilizar el costo del petróleo que llega a cinco y seis dólares el galón. Si aumenta su valor, esto significaría más impopularidad”, subrayó Ríos, también representante de ALBA Movimientos. Por eso, Biden ha buscado una negociación con el Gobierno de Nicolás Maduro, a pesar de las sanciones que pesan hace años sobre Venezuela, subrayó el entrevistado.
Ríos participó recientemente en el V Congreso del Partido Unido de Venezuela (PSUV), celebrado a comienzos de este mes, y apreció el apoyo al mandatario ruso Vladimir Putin y el rechazo a la campaña promovida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos y la Unión Europea contra los intereses de Moscú.
“El uso excesivo de la fuerza y la demostración de su poderío concedió a Washington una especie de token para imponer sanciones y amenazar a otros pueblos. Pero esa superioridad militar está, en los últimos años, en retroceso por el predominio de la propia Rusia, de la misma manera que China lo iguala o despunta desde el punto de vista comercial”, sentenció.
Por su parte, Ricardo Avilés, docente del Departamento de Historia en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) recuerda cómo, desde sus padres fundadores, el país norteño emplea la denominada doctrina del destino manifiesto, que refleja la creencia de que Estados Unidos es una nación elegida y predestinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico.
“La historia nos da muchos ejemplos de esa arrogancia imperial, especialmente, desde la segunda mitad del siglo XX cuando acontece la primera intervención directa de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Guatemala, tras acusar al Gobierno de Jacobo Árbenz (1951-1954) de comunista por afectar los intereses de las empresas estadounidenses en la búsqueda de independencia económica”, indicó.
Avilés mencionó también la agresión norteamericana en la década de 1980 contra Nicaragua, la cual incluyó sanciones, bloqueo económico y una guerra impuesta. En la situación actual, la aplicación de medidas hostiles a Rusia supone para Washington recular en sus disposiciones adversas a países como Venezuela, agregó.
Propaganda antirrusa
Avilés recordó cómo la rusofobia es algo que viene de lejos, y abarca las campañas publicitarias y las producciones de Hollywood, las cuales muestran una versión distorsionada e incompleta de la historia, donde minimizan la participación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la caída del nazismo.
“Putin ha denunciado varias veces a Occidente por falsear los hechos vinculados a la Segunda Guerra Mundial y la contribución del Ejército Rojo. Fue la URSS quien nos liberó de los nazis y hoy vemos a Rusia enfrentada a un régimen con similar ideología en Ucrania. Precisamente, Kiev y Washington fueron los únicos en oponerse a una resolución contra esa política totalitaria en 2021”, reveló.
El experto aludió a la votación en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 17 de diciembre último, del documento titulado “Combatir la glorificación del nazismo, neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de tolerancia”.
El texto contó con el apoyo de 130 países, 49 naciones se abstuvieron y solo EEUU y Ucrania se opusieron a la iniciativa presentada por Moscú para prevenir la negación de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y recomienda la adopción de medidas legislativas y educativas sobre el tema.
“Rusia, Nicaragua, Cuba y Venezuela optan por el multilateralismo, no dependemos de un solo mercado. En el caso de los latinoamericanos, contamos con el apoyo de Moscú que nos ha visto siempre como socios, no nos impone ni nos condiciona su visión del mundo”, refirió el docente de historia.
Guerra armamentista y “democracia”
Luis René Fernández Tabío, académico cubano del Centro de Investigaciones de Economía Internacional de la Universidad de La Habana, puntualizó a Sputnik que la Casa Blanca también armó y financió dictaduras en América Latina y, por supuesto, no empleó ninguna sanción ni bloqueo contra los perpetradores de los golpes de Estado a Gobiernos democráticamente electos.
“Resulta una falacia y una representación deformada de la realidad sociopolítica y de las relaciones internacionales utilizar como argumentos de los ataques el ser o no democráticos. Sabemos de la permanencia de Gobiernos que supuestamente cumplen con ese parámetro y son corruptos y mantienen vínculos con el narcotráfico como es el caso de Colombia”, argumentó.
Pero, siempre que defiendan sus intereses y concedan una apertura al capital e inversiones estadounidenses y occidentales, no existe ningún problema; las agresiones unilaterales, afirmó, están dirigidas a los territorios fuera de su esfera de influencia que impulsan un proceso emancipador y no obedecen a sus dictados.
“El sistema electoral en Estados Unidos es dudoso y trata de suprimir el voto de las mayorías, contrario a los preceptos de la democracia. Sin embargo, ellos se arrojan el derecho de emplear un instrumento de poder significativo: la guerra económica, comunicacional y cognoscitiva para crear el odio y el rechazo como justificación de sus medidas violatorias de los derechos humanos”, reveló.
Esas disposiciones, consideró el académico, infringen las libertades de su propia sociedad al negarles los viajes hacia destinos como Cuba o la información mediante determinadas cadenas, entre ellas, las recientemente prohibidas Russia Today (RT) y Sputnik, “sus objetivos solo responden al reforzamiento de su posición mundial y al mantenimiento de su sistema de dominación”.
Para Fernández Tabío, la guerra contra Rusia amplía las posibilidades de fortaleza dentro de la OTAN y muestra a lo interno a Joe Biden como un presidente fuerte y enérgico; sin embargo, las embestidas contra Rusia, advirtió, tendrán un efecto bumerán y pueden desencadenar el comienzo de una crisis financiera, sobre todo, para la Unión Europea.
Por Danay Gallette Hernández
Fuente: Sputnik
