Damasco, 2 mar (SANA) La estrategia de Estados Unidos con el conflicto en Ucrania es la misma que ha emprendido desde la Segunda Guerra Mundial para mantener su hegemonía: acelerar su economía con la venta de armas, fortalecer su presencia en el mercado energético y legitimar a un presidente cuyo nivel de aprobación está por los suelos.
El Gobierno de Joe Biden ha dicho que su objetivo es asfixiar a Rusia: cercarla en todos los frentes hasta aislarla de los mercados occidentales. Sin embargo, pocos leyeron las letras chiquitas. Dentro de las sanciones impuestas a Moscú hubo una excepción: el bloqueo no incluye al sector energético.
Esto quiere decir que Rusia podrá seguir exportando gas y petróleo. Biden justificó la excepción, argumentando que quiere “limitar los efectos en la capacidad del pueblo estadounidense de comprar gasolina”. Su postura es clara: Estados Unidos no tiene interés en trastocar el mercado energético internacional.
“Algo que no se menciona en los medios occidentales es que el país más beneficiado por el incremento del crudo y los energéticos es Estados Unidos, ya que es una nación que exporta petróleo y gasolinas. A los estadounidenses les conviene que este conflicto en Ucrania tenga un importante efecto en los precios de los combustibles”, asegura Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista con Sputnik.
De esta forma, los precios del crudo y sus derivados —gasolinas, diésel, plástico, entre otros— aumentan de precio sin que necesariamente se detenga el mercado de transacciones del sector energético, algo que afectaría directamente la estabilidad de la industria estadounidense de los combustibles.
De acuerdo con los últimos reportes de precios del 1 de marzo, el barril de petróleo Brent del mar del Norte alcanzó los 107,57 dólares por barril, el precio más alto desde julio de 2014. El West Texas Intermediate estadounidense (WTI) tuvo un comportamiento similar, al cotizarse en 106,78 dólares por barril, que también representa un pico desde junio de 2014.
Fuente: Sputnik