Damasco-SANA
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados Sirio, dirigió dos cartas idénticas al Secretario General de la ONU, y al presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre los crímenes atroces cometidos por la organización terrorista El Estado Islámico (EI) contra los civiles sirios en el campo Hasaka.
En estas dos cartas de las cuales SANA recibió una copia, este viernes, el Ministerio informó que, en una redada reciente, las pandillas del (EI) habían atacado Tal Hermez, Tal Shamiram, Tal Rumman, Tal Nassri, al-Ageibesh, Toma Yalda, Al- Haouz, Tal Corán, Tal Tamar y otros pueblos de la zona rural de la provincia de Hasaka. Durante la agresión muchos civiles murieron y más de 200 fueron secuestrados, entre ellos niños y mujeres, y más de 690 familias fueron desplazadas, y los lugares de culto fueron destruidos, además del prender fuego en la iglesia histórica de Tal Hermez, una de las más antiguas en Siria y el mundo.
El ministerio confirmó que, estos crímenes son otro capítulo del terrorismo contra todos los componentes de la sociedad siria. Y que El gobierno sirio insiste en que estos actos terroristas no podrían haber sido posibles sin el apoyo directo prestado para estos grupos de países conocidos por todos, y Siria cree que ha llegado el momento para que la comunidad internacional y los países obliguen a los estados que respaldan el terrorismo contra Siria de detener su apoyo.
Asimismo las dos cartas confirmaron que “La comunidad internacional debe demostrar el cumplimiento de sus compromisos en la lucha contra el terrorismo mediante la plena cooperación y coordinación con Siria, lo que hace impedir la propagación del terrorismo internacional”.
El ministerio pidió al Consejo de Seguridad de la ONU a hacer cumplir verdaderamente sus resoluciones antiterroristas y que no se queden “tinta sobre el papel”.
Las cartas añaden que el gobierno sirio está muy dispuesto a cooperar con las partes sinceras y honestas para combatir y erradicar el terrorismo y para evitar que la humanidad sufra de sus actos y horrores.
M.Miri, Riad. Sh