Damasco, SANA
El gobierno sirio renovó su enérgica condena a las repetidas prácticas brutales turcas al cortar el agua potable sobre la población de la ciudad de Hasakeh y sus alrededores.
“Las fuerzas de ocupación turcas y sus mercenarios procedieron durante 16 días consecutivos interrumpir el funcionamiento de la planta Alouk cortando el agua potable a más de un millón de sirios a pesar de la crítica situación de salud asociada a la pandemia de Covid-19 y las altas temperaturas”, informó una declaración del Ministerio de Exteriores y Expatriados.
La nota agregó que esas acciones criminales que superan las 23 desde octubre de 2019, violan las normas de la Ley Internacional Humanitaria, especialmente en lo que respecta a la inadmisibilidad del uso del agua como arma de guerra.
Asimismo, exigió a las organizaciones internacionales, especialmente las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja, que presionen a las autoridades de ocupación turcas para que pongan fin a esas prácticas contra los sirios en la provincia de Hasakeh y que vuelvan a bombear el agua inmediatamente desde la Estación de Alouk.
El Viceministro de Exteriores y Expatriados, Bashar Jaafari, había convocado a los representantes del Coordinador Residente de las Naciones Unidas y los organismos de las Naciones Unidas que operan en Siria y al representante del Comité Internacional de la Cruz Roja y les informó sobre la gravedad del asunto.
Les pidió que se comunicaran urgentemente con sus jefes en Nueva York y Ginebra para detener esta injustificada escalada turca hacia los ciudadanos sirios en Hasakeh.
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