Damasco, SANA
Ha vuelto a las noticias de prensa la guerra contra la República Árabe Siria con el bombardeo norteamericano el 26 de febrero contra una milicia iraquí aliada a Siria y a Irán que se considera la primera agresión militar ordenada por el presidente Biden.
¿Es cierta la responsabilidad omnímoda de Biden en este nuevo acto criminal? Responder que sí significa ignorar completamente el funcionamiento político del jefe de fila del campo imperialista, los EE.UU. de Norteamérica. Ni el poder que lo encabeza proviene del sufragio universal ni quien ocupa la Casa Blanca decide sobre las políticas estratégicas de esta potencia. Se ha visto claramente cuando Trump se vio imposibilitado de cumplir su promesa electoral de retirar las fuerzas ocupantes del Noreste de Siria ¿Quién tiene entonces el poder? Los grandes monopolios financieros, militar-industriales, tecnológicos, comerciales, energéticos y otros incluyendo los lobbies de intereses extranjeros.
El imperialismo norteamericano se rige por una cuasi dictadura donde disputan abiertamente esos mencionados intereses que no son homogéneos sino contradictorios. Disputas que se reflejan en peleas políticas y militares ante la ausencia cada vez más notoria de un mando único como el que existió en la época del auge estadounidense.
¿Por qué el imperialismo tras 10 años fracasando en derrocar al Partido Baas Árabe Socialista sirio y sus aliados insiste en seguir ocupando el país? Porque si reconoce su derrota debe asumir la victoria de Rusia y del Frente de la Resistencia que tiene en Siria e Irán como sus núcleos principales y, en consecuencia, la pérdida de su influencia en una región estratégica dotada de grandes recursos energéticos, agrícolas y capacidad de proyección sobre tres continentes y las rutas principales del comercio mundial.
¿Por qué en este momento los EE.UU. bombardean a la milicia pro iraní?
- Para romper la continuidad de la línea horizontal de enlace del Frente de la Resistencia entre Teherán y Beirut pasando por Bagdad, Basora y Damasco.
- Para amenazar la presencia militar rusa que respalda a Siria.
- Para impedir la reconstrucción de Siria y consolidación de su victoria en territorios aun ocupados por tropas turcas, norteamericanas y francesas y sus mercenarios islamo fascistas y kurdos.
- Para intimidar a Irán en la discusión sobre el regreso al pacto de colaboración nuclear.
- Para mantener las líneas de fractura interétnicas e interculturales que son fundamentales para enfrentar a los pueblos de la región.
¿Es únicamente EE.UU. quien ha bombardeado a la milicia? El pasado 6 de febrero los gobiernos de EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania acordaron una política común frente a Irán y es lógico pensar que estas tres potencias imperialistas subalternas hayan respaldado esta agresión estadounidense.
¿Qué señala este bombardeo? Que prosigue la misma política de injerencia, ocupación y agresión contra los pueblos árabes, musulmanes e iraníes en desafío a Rusia y en respaldo a sus clientes regionales: Israel, las monarquías reaccionarias y los grupos terroristas y mercenarios internacionales.
¿Es suficiente la solidaridad internacional con la resistencia inaudita del gobierno y pueblo de Siria? Evidente y lamentablemente no. Los comunistas y las izquierdas españolas han mostrado un sorprendente nivel de incomprensión sobre la centralidad que tiene la lucha de Siria contra la barbarie en la derrota estratégica del imperialismo y en la construcción de un mundo sin imperialismo. Izquierdas que se limitan a repetir rutinariamente algunos mantras, que no estudia, envueltos sus dirigentes en preocupaciones electorales y cálculos a corto plazo y que incluso se permiten hoy incorporarse al discurso occidental contra Irán por su supuesta “violación de derechos humanos”.
¿Siguientes escenarios? Todo va a depender del conflicto en torno al regreso al acuerdo nuclear destruido por Trump en 2018 lo que llevó a un crecimiento de la tensión regional. Cabe temer que en Oriente Medio el imperialismo vaya a sostener simultáneamente un enfrentamiento directo con Rusia, Irán y las fuerzas antimperialistas árabes de Líbano, Palestina, Siria, Irak y Yemen.
Las fuerzas que luchan por la Paz, el respeto al derecho internacional, la solidaridad con las causas justas de los pueblos y la creación de un mundo multipolar deben reorganizarse en las condiciones actuales de pandemia.
Por José Antonio Egido
Fuente: Revista la Comuna