Hasakeh, SANA
El joven sirio Harutyun Madarjian, de 23 años de edad, es un joven desplazado de la ciudad siria de Raqa, a 550 km al nordeste de la capital Damasco, logró abrir su propio instituto de música en la ciudad de Qamishli, al que huyó después de que la organización terrorista Estado Islámico (Daesh) ocupara y destruyera a su ciudad.
Eligió la música como arma para resistir el terrorismo y la violencia que se le impuso a él y a todo el pueblo sirio después de que integrantes del grupo terrorista Daesh lo obligaran a dejar de continuar sus estudios en la Facultad de Comercio y Economía en su ciudad natal.
“La única solución que tenía para sobrevivir era huir de mi ciudad debido a los crímenes y prácticas de los terroristas contra nosotros, y pude llegar a Qamishli después de un viaje largo y peligroso”, explicó el joven a la agencia SANA.
Intenta mediante la música olvidar su nostalgia y anhelo por su ciudad, que los terroristas invasores ha convertido en un lugar de muerte y destrucción después de que fuera centro de la cultura, la literatura y la ciencia.
“Nunca perderé la esperanza de volver a mi ciudad algún día mientras haya un ejército poderoso como el ejército sirio que la proteja y la defienda”, dijo el músico.
En 2013, la ciudad de Raqa cayó en manos de las bandas armadas de grupo terrorista Estado Islámico que causaron una gran destrucción en la ciudad y el desplazamiento de sus residentes.
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