Ginebra, SANA
El Representante Permanente de Siria ante la Oficina la ONU y otras organizaciones internacionales en Ginebra, el embajador Hussam Eddín Ala, destacó que cortar el agua potable a la provincia de Hasakeh y sus alrededores por la ocupación turca y sus mercenarios constituye un crimen de guerra y una violación flagrante al derecho internacional y a los derechos humanos.
“Este acto criminal apunta a desplazar a los ciudadanos sirios y responde a los objetivos expansionistas y coloniales del régimen turco”, afirmó Ala en una carta dirigida al Alto Comisionado para los Derechos Humanos y notas verbales a las misiones de los estados miembros en Ginebra y al Relator Especial encargado del derecho al agua potable y el saneamiento.
Agregó que “el ocupante turco volvió a cortar el suministro de agua a la planta Aluk desde el 30 de noviembre, que es la principal fuente de suministro a más de un millón de personas en la ciudad de Hasakeh y sus alrededores.
Hizo referencia a la anterior nota verbal No. 205 de fecha 10.11.2020 sobre la situación de más de un millón de ciudadanos sirios que sufren de escasez de agua potable como resultado de la interrupción de la planta de Aluk.
Ratificó que esta acción forma parte de las prácticas sistemáticas del régimen turco destinadas a desplazar a los ciudadanos sirios de las zonas que ocupa para imponer cambios demográficos en consonancia con sus objetivos expansionistas y coloniales.
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