Damasco, SANA
Durante casi 10 años de guerra impuesta, endurecida recientemente por el bloqueo y las sanciones, la mujer siria mostró fuerza y perseverancia en la lucha sea en el campo militar o social.
La joven taxista Kenana Al-Bunni, de 37 años de edad, recorre a diario las calles de Damasco en su auto en medio de miradas con sorpresa por los clientes, pero decidió hace 10 años romper los patrones sociales y empezó su profesión de taxista.
“La profesión de taxista es difícil para las mujeres porque necesita una voluntad y carácter fuerte y las sociedades árabes no la aceptan fácilmente porque está fuera de lo común” dijo Al-Bunni a la agencia SANA.
Agregó que su objetivo no solo es ganarse la vida sino también cambiar la opinión de la sociedad sobre las mujeres conductoras.
Kenana pasa ocho horas diarias en el trabajo, recorriendo todas las calles y barrios de la capital Damasco y se siente satisfecha y orgullosa de este trabajo.
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