Nueva York, SANA
El representante permanente de Siria ante las Naciones Unidas, Bashar Jaafari, afirmó que la organización internacional ha logrado mucho en su enfrentamiento a los desafíos humanitarios, sociales, económicos, de salud y ambientales, además de salvar a cientos de miles de vidas y brindar educación a millones de niños, pero no ha logrado prevenir guerras y conflictos ni ha podido poner fin al colonialismo, la ocupación y la agresión.
Esta postura de Jaafari fue expresada en su lectura a la declaración de Siria durante la sesión plenaria de la Asamblea General dedicada a celebrar el septuagésimo quinto aniversario de la fundación de las Naciones Unidas”.
Afirmó que la ONU debía dar esperanza a toda la humanidad por un mundo mejor en el que todos trabajen en el marco de la diplomacia multilateral para poner fin al colonialismo, la dominación, la ocupación y la agresión, y para reducir los riesgos de las guerras, la pobreza, las enfermedades, las hambrunas y la desertificación.
“Sin embargo, un vistazo a los últimos 75 años hay que tener el valor de admitir que no hemos estado a la altura de las esperanzas de toda la humanidad en las Naciones Unidas”, destacó.
Según el diplomático sirio, las Naciones Unidas ha logrado mucho en su enfrentamiento a muchos desafíos humanitarios, de seguridad, sociales, económicos, sanitarios y ambientales, y han salvado cientos de miles de vidas, y también han proporcionado educación a millones de niños y trabajado para promover las libertades y los derechos básicos para todos, incluida la igualdad entre mujeres y hombres.
“Lamentablemente, la ONU no logró activar las herramientas adecuadas para prevenir guerras y conflictos, acabar con el colonialismo, la ocupación y la agresión, y no logró resolver las crisis, sino al contrario, se rindió en muchos casos al deseo de gobiernos que solo buscaban mantener su hegemonía y arrogancia en el mundo”, explicó.
Jaafari dijo que durante las últimas tres décadas hubo una tendencia en la ONU hacia la polarización política y financiera que estuvo ligada a patrones de políticas rebeldes a las disposiciones de la Carta y son políticas regidas por intereses egoístas de algunos gobiernos con influencia política, económica y militar.
Al final, denunció que “una superpotencia y sus socios ocupan las tierras de los demás sin vacilar ni temer las consecuencias de violar la Carta, además de seguir amenazando o utilizando la fuerza militar contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier país, en paralelo con la imposición de medidas económicas coercitivas unilaterales destinadas a matar de hambre a los pueblos y quebrantar su voluntad.
fm