Damasco, SANA
En la plaza Malki en la ciudad de Damasco se erige una nueva escultura de un caballo que bebe del agua de la capital más antigua en el mundo.
La escultura de más cuatro metros de altura fue hecho con un espíritu sirio y oriental, según afirma su creador el escultor sirio Hussam Jundi.
Agregó, en declaraciones a SANA, que la idea del caballo sigue siendo una de las ideas portadoras de la historia y un símbolo de la civilización e identidad sirias, y refleja firmeza y orgullo.
“El tema y el tiempo de esta obra simbolizan nuestra voluntad y capacidad de enfrentar las difíciles circunstancias por las cuales atravesamos”, afirmó.
Algunos especialistas y críticos en artes plásticas vieron en esta obra el espíritu de Oriente.
Janoud está trabajando actualmente en otra obra escultórica que aborda el tema de la guerra en Siria y la firmeza de la mujer siria y su papel en la construcción del ser humano.
“Esta nueva escultura consiste en una mujer que abraza a un niño de 10 años y lo empuja hacia adelante dentro de una base rocosa que simboliza la difícil realidad en la que vivimos y con una insistencia al firmeza y resistencia”, concluyó.
fm