Nueva York, SANA
El representante permanente de Siria ante las Naciones Unidas, Bashar Jaafari, reiteró que las medidas coercitivas unilaterales impuestas a Siria constituyen una brecha seria en la construcción de la solidaridad colectiva global para fortalecer las capacidades de los países, y enfatizó que el bloqueo económico afecta la vida de dos mil millones de personas y dificulta los esfuerzos para enfrentar la pandemia del nuevo Coronavirus y lograr el desarrollo sostenible.
Esto tuvo lugar durante una tertulia realizada por videoconferencia en la sede de la ONU en Nueva York por iniciativa de Siria, Venezuela, Rusia, China, Irán, Cuba, Zimbabue y Bielorrusia bajo el título “efecto de las medidas coercitivas unilaterales sobre la solidaridad mundial frente al COVID-19 y el apego a la Carta de Naciones Unidas y reforzar la cooperación internacional y garantizar que nadie se quede atrás”.
Jaafari señaló que EE.UU. y la Unión Europea aún obvian los llamamientos internacionales lanzados por el secretario general y varios organismos y bloques regionales e internacionales para poner coto a esas sanciones económicas ilegales, y puso de relieve que la Unión Europea reactivó hace pocos días el embargo económico impuesto al pueblo sirio que se añade a las nuevas medidas coercitivas impuestas por EE.UU. con el propósito de estrangular al pueblo sirio y confiscar sus aspiraciones por la seguridad, la estabilidad y la prosperidad.
El delegado permanente recalcó que son inciertas las alegaciones euro-norteamericanas sobre la existencia de exceptuaciones que permiten suministros alimentarios y médicos al pueblo sirio, y señaló que esas alegaciones son un intento irresponsable para desorientar a la opinión pública y encubrir las violaciones de esas partes contra la soberanía e integridad territorial de la República Árabe Siria.
Jaafari explicó que durante los últimos tres meses Siria dirigió más de diez cartas al secretario general, al presidente de la Asamblea General y al presidente del Consejo de Seguridad que incluían datos y estadísticas sobre el efecto sumamente negativo de esas sanciones sobre los sectores de agricultura, industria, inversiones y sobre los ámbitos bancario y de servicios en Siria lo cual va acompañado con un terrorismo económico que ejercen EE.UU. y la Unión Europea en especial contra cualquier parte que busque entrar en el mercado sirio y participar de la recuperación y reconstrucción.
El diplomático sirio señaló que las resoluciones de esa tertulia contribuirán a llamar la atención de la comunidad internacional sobre los huellas negativas profundas de las medidas coercitivas unilaterales para la solidaridad mundial frente a COVID-19, y que sonarán las alarmas de nuevo sobre la ineficacia del multilateralismo internacional y la impotencia de la ONU que no puede poner límite a ese embargo económico que afecta la vida de dos mil millones de seres humanos y obstaculiza el desarrollo sostenible.
Respondiendo a las alegaciones de los estados occidentales involucrados en la imposición de las medidas coercitivas unilaterales con el argumento de que esas sanciones económicas van en consonancia con el derecho internacional y que buscan proteger los derechos humanos en Siria, Jaafari refutó esto diciendo que el sistema bancario sirio esta impedido de realizar transferencias financieras al exterior a causa de las sanciones ilegales impuestas por la Unión Europea y EE.UU., añádale que los bancos europeos han puesto la mano sobre los fondos sirios que eran dedicados para importar alimentos y medicinas a Siria.
Jaafari afirmó que gobiernos países específicos aun están involucrados en la propagación del caos y la destrucción en Siria, por consiguiente carecen de la reputación jurídica y ética para evaluar la situación en Siria y tratan desesperadamente de encontrar marcos jurídicos para imponer sanciones al pueblo sirio.
R.Sh/ E.D