EE.UU. y sus aliados pasaron de la guerra proxy a la guerra directa

Nueva York, SANA

El embajador permanente de Siria ante las Naciones Unidas, Bashar Jaafari, afirmó que los gobiernos de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Turquía e Israel pasaron de la guerra proxy basada en la financiación y armamento de organizaciones terroristas transfronterizas y milicias separatistas a la guerra directa basada en acciones hostiles, ocupación militar directa y actos de vandalismo, sabotaje y saqueo de recursos naturales y fuentes de energía siria, además de cortar las fuentes de agua, quemar los cultivos agrícolas e imponer más sanciones económicas unilaterales contra el pueblo sirio.

Jaafari aclaró en una denuncia oficial entregada al Secretario General de la ONU y al presidente del Consejo de Seguridad y dirigida en contra de los gobiernos de algunos países miembros de la ONU, encabezados por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Turquía e Israel, que las fuerzas de ocupación estadounidenses y turcas quemaron intencionalmente los cultivos agrícolas en la región de Jazeera siria con el fin de “vaciar” la canasta alimenticia del pueblo sirio, lo que representa un terrorismo económico que puede ser catalogado como un crimen de guerra.

Indicó que las informaciones disponibles afirman que la quema del cultivo de trigo en Siria forma una parte inseparable del terrorismo económico practicado por EE.UU. y Occidente contra Siria, cuyo objetivo es privar los sirios de grandes aéreas agrícolas liberadas del terrorismo y sembradas con trigo y cebada.

El diplomático sirio señaló que los helicópteros APATCHI de las fuerzas estadounidenses, lanzaron bengalas térmicas contra los cultivos de trigo y cebada lo que provocó varios incendios en terrenos agrícolas de varios poblados en el sur de la ciudad de Hasakeh.

“Los grupos mercenarios apoyados por el ocupante turco prendieron fuego en varios terrenos de trigo y cebada en los poblados Tal Tamar y Abu Raasien, además, obligan a los campesinos a vender sus cultivos a precios muy bajos y luego contrabandearlos a Turquía”, añadió.

Según el diplomático, esta práctica sistemática tiene como objetivo impedir el envío de esos cultivos a las zonas bajo control del gobierno sirio.

El jefe de la misión siria ante la ONU puntualizó que el anuncio del régimen turco de poner en funcionamiento la primera turbina de la presa “Ilisu”, establecida sobre el río Tigris, y llenar su lago artificial constituye una medida peligrosa, pues reducirá el flujo de agua a Siria e Iraq.

Afirmó que el gobierno de EE. UU. y la Unión Europea, hace unos días, decidieron prolongar las medidas coercitivas impuestas a Siria a pesar de los llamamientos internacionales y de la ONU, que piden el levantamiento de estas sanciones para enfrentar las repercusiones de la pandemia del coronavirus.

“Lo que le interesa a Siria es que las Naciones Unidas y las partes interesadas en la preservación de la paz y seguridad internacionales del Consejo de Seguridad, adopten una posición clara que tenga una implementación práctica sobre el terreno con el fin de poner fin a las intervenciones hostiles estadounidenses y occidentales en los procesos políticos y humanitarios en Siria, además de tomar medidas prácticas que contrarresten el impacto de estas políticas y medidas coercitivas-unilaterales impuestas a Siria”, concluyó.

Y.K./F.M

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