Damasco, SANA
El saqueo del petróleo sirio que ejercen las fuerzas de ocupación de EE.UU. bajo el pretexto de la lucha contra la organización terrorista Daesh es una clara demostración de las políticas estadounidenses basadas desde siempre en invasiones e intervenciones para controlar los recursos naturales y las capacidades de los pueblos.
Es una política que el presidente Donald Trump no le pareció una vergüenza declararla explícitamente cuando recientemente anunció la decisión de mantener sus fuerzas de ocupación en la región del norte de Siria sólo por “el petróleo sirio”.
Durante una conferencia de prensa con su cómplice en la agresión contra Siria, el presidente del regimen turco Recep Tayyip Erdogan, durante una reciente visita a Washington la semana pasada, Trump dijo que el objetivo de la presencia de sus fuerzas de ocupación en Siria es saquear el petróleo sirio y reveló que el principal propósito detrás de las intervenciones de Washington es su afán por prolongar la crisis en Siria.
Los objetivos de Washington en la lucha contra el terrorismo se revelan con la declaración Trump, según la revista estadounidense “Newsweek”.
“La presencia militar de Estados Unidos en Siria está en contra de cualquier norma y contra cualquier ley internacional”, dijo Evgeny Bozinski, director del Centro para la Intervención Rápida con sede en Moscú.
Subrayó que los campos petroleros que Trump está saqueando pertenecen al Estado sirio y su pueblo, lo cual significa que lo que Washington está haciendo no tiene nada que ver con el derecho internacional.
Las etapas de implementación del papel colonial de Estados Unidos en Siria no se limitan a apoyar a las organizaciones terroristas y utilizarlas para cometer crímenes y atrocidades, sino también para preparar una nueva fase de la guerra terrorista a través de una estrategia estadounidense, que será destrozada por la resistencia popular y por el ejército árabe sirio.
Por Bassmah Kanon.
A.Sh./A.H/F.M